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ESTRATEGIA ABOLICIONISTA

El Weather Underground estuvo lejos de ser el único grupo con dificultades al momento de implementar las tácticas necesarias. La historia de los abolicionistas previa a la Guerra Civil, nos da uno de los mejores ejemplos de esto, en parte por la envergadura y alcance de la lucha. Empezando desde una posición marginal en la sociedad, la lucha contra la esclavitud eventualmente exacerbó una cultura entera y provocó la guerra más sangrienta de la historia americana.

Empezaremos la historia en la década de 1830 cuando varias corrientes diferentes de activismo contra la esclavitud crecieron rápidamente. Una de estas corrientes fue el Ferrocarril subterráneo, el cual fue liderado por ambos, negros y blancos. Otra corriente consistió de lo que podría llamarse abolicionistas liberales, quienes eran predominantemente blancos con unos cuantos participantes negros entre ellos.

La historia general del Ferrocarril subterráneo es muy conocida, pero tiene muchos mitos falsos. Los escapes de esclavos negros datan desde el siglo XVI (cuando los escapes hacia la Florida española eran más comunes), aunque muchos aspectos de los ferrocarriles del Siglo XIX estuvieron mucho más organizados sistemáticamente. Una creencia común pero incorrecta sobre el Ferrocarril subterráneo era que estaba en manos de unos blancos magnánimos que sólo querían ayudar a los negros que de otra manera eran incapaces de hacerlo por sí mismos. De hecho, esta mitología revisionista está muy lejos de la verdad.32 Hasta la década de 1840, estuvo dirigida por negros y para negros que desconfiaban de que los blancos se involucraran. Los negros que habían escapado siempre estaban bajo mayor peligro que los blancos y tenían que poseer una gran variedad de habilidades, conocimiento y valentía para lograr escapar. La gran mayoría de los escapes fueron orquestados por los propios esclavos, quienes pasaban meses o años planeando y buscando las mejores rutas de escape y lugares de escondite. En efecto, algunos historiadores han calculado que para la década de 1850, cerca de 95 por ciento de los escapes eran de esclavos solos o con uno o dos acompañantes.33

Así mismo, aunque ahora se reconoce que el Ferrocarril subterráneo fue una parte heroica e importante de la historia de la resistencia de los esclavos, no todos los abolicionistas del momento participaron. De hecho, algunos se opusieron al Ferrocarril subterráneo. De acuerdo a una historia, "Los abolicionistas estaban divididos por la estrategia y las tácticas, pero estaban muy activos y eran muy visibles. Muchos de ellos formaban parte organizada del Ferrocarril subterráneo que floreció entre 1830 y 1861. No todos los abolicionistas prefirieron ayudar a los esclavos fugitivos y algunos creían que su dinero y energía debía dirigirse a la acción política".34

No hay duda que aquellos que participaron en el Ferrocarril subterráneo eran personas valientes, sin importar el color de su tez, y la importancia del Ferrocarril para los esclavos que escaparon y sus familias no puede ser sobrevalorado. El problema estriba en que el Ferrocarril no fue respuesta suficiente frente a la amenaza que la institución de la esclavitud representaba. En 1830 había cerca de dos millones de esclavos en los Estados Unidos. Pero en su cenit, el Ferrocarril Subterráneo liberó a menos de 2,000 esclavos por cada año, menos de uno de cada mil. Esta tasa de escapes fue mucho menor que la tasa de aumento en la población esclavizada por nacimiento. Por supuesto, muchos esclavos fugitivos trabajaron para ahorrar dinero y comprar la libertad de sus familias, lo cual significó que el Ferrocarril liberó a más personas que sólo aquellas que viajaron en él.

Desarrollo Táctico: De La Persuasión Moral A La Confrontación Política35

Mientras que durante la década de 1830, el Ferrocarril subterráneo creció, otro movimiento contra la esclavitud creció de manera simultánea. Este consistió en su mayoría de abolicionistas blancos, impulsados por principios cristianos y el deseo de convencer a los dueños de esclavos para que detuvieran ese pecado y liberaran a sus esclavos. Durante la etapa temprana, estos cristianos abolicionistas blancos reconocieron los horrores de la esclavitud, pero adoptaron un acercamiento de exhortación moral pacifista. El historiador James Brewer Stewart discute su acercamiento: "Al llamar a esta estrategia "persuasión moral", estos abolicionistas neófitos creían que su mensaje de sanación y reconciliación se transmitía mejor a través de los conciliadores cristianos y no por unos insurgentes divisionistas. ... Recurrían directamente a la (presunta) culpa y por lo tanto a las conciencias receptivas de los dueños de esclavos con llantos que buscaban una emancipación inmediata". Creían, al igual que lo hacen los liberales, que los horrores opresivos perpetuados por aquellos en el poder eran en su mayor parte un malentendido (en lugar de un sistema inter-relacionado de poder que recompensaba a los opresores por su maldad). Así que, por supuesto, creían que ellos podían corregir el error si les explicaban la situación de manera cortés.

Stewart continúa diciendo: "De esta manera se inspiraría a los amos a liberar a los esclavos voluntariamente y por lo tanto llevar a la nación a un una nueva era de redención para la reconciliación cristiana y la armonía moral ... los primeros abolicionistas se veían a sí mismos como armonizadores y no insurgentes, porque la gran mayoría se negaban a la resistencia violenta.... en corto los ‘Inmediatistas‘ se vieron no como una resistencia contra la esclavitud con una respuesta reactiva, pero en su lugar como su arraigo por la revolución espiritual que corrompía los valores de sus practicantes y seguidores". En otras palabras, cayeron presa de cuatro de los fracasos estratégicos que hasta ahora hemos estado discutiendo. No emplearon los principios estratégicos de los conflictos asimétricos, en su mayor parte porque no estaban usando ninguna estrategia del todo. En esencia estaban cabildeando, y su acercamiento "moralmente superior" significó que, como una facción minoritaria, no tenían ninguna fuerza política para oponerse a aquellos que estaban cabildeando. Además, eran irremediablemente inocentes (o para ser más precisos, su inocencia se basa en la esperanza) sobre la naturaleza del poder y la economía basada en la esclavitud. Como resultado, no fueron capaces de idear una estrategia de A a B razonable. Su llamada estrategia, aunque bien intencionada y moral, era análoga a una fantasía colectiva que ignoraba la naturaleza y alcance de la violencia que la cultura de la esclavización traería en oposición a sus adversarios.

Stewart también reconoce este problema. "Al incorporar el pacifismo cristiano mientras se veían a si mismos como conciliadores revolucionarios, los primeros inmediatistas blancos lamentablemente subestimaron el poder de las fuerzas que se les oponían. Mucho antes de que empezaran su cursada, la esclavitud había asegurado una dominación formidable en la economía de la nación y la política cultural. Atreverse a desafiar una institución tan arraigada y poderosa significaba adoptar posturas de una instransigencia tal que los abolicionistas, en sus comienzos, estaban completamente desprevenidos".36

¿Necesito deletrear las similitudes con nuestra situación actual? Elije cualquier movimiento de justicia ambiental o social de la cultura popular. El ambientalismo popular ha permanecido curiosamente inocente en este aspecto, ignorando de gran manera las actividades ecocidas profundamente arraigadas en la economía capitalista, la industria, el quehacer diario de la vida y la psicología de la persona civilizada. Además, el ambientalismo popular, el cual no viene de una larga tradición de resistencia, ignora completamente la fuerza con la que, aquellos en el poder, amenazan con someter a cualquiera que represente una amenaza. Al asumir que la sociedad adoptará una forma de vida sostenible si tan sólo pudiera persuadirse a cada individuo, ignora las recompensas que la falta de sostenibilidad ofrece y a menudo ignora a aquellos que pagan los costos de dichas recompensas.

Por supuesto, el ambientalismo popular difícilmente es diferente en este aspecto. En efecto, la trayectoria básica es tan común que casi resulta ser arquetípica. De nuevo, una y otra vez, cuando las personas privilegiadas intentan aliarse con las personas oprimidas, vemos este fenómeno en función. En apariencia ignorantes de la violencia diaria que perpetúa la cultura dominante, muchas personas con privilegios han deambulado hacia un precipicio de su estrategia y táctica, el cual se basa en sus deseos personales propios sobre cómo la resistencia debe de ser, en lugar de diseñar una estrategia robusta enfocada hacia la efectividad que se basa en la experiencia de las personas oprimidas y su larga historia de resistencia. A veces las personas privilegiadas escuchan y aprenden y a veces no.

Por supuesto, los primeros abolicionistas blancos estaban en el bando correcto y por supuesto, su respuesta hacia la esclavitud era, hablando moralmente, por mucho superior a la de la gran mayoría de personas blancas. Pero, como escribe Stewart, "Con las instituciones más poderosas de la nación bajo estrechos lineamientos que apoyaban la esclavitud y la supremacía blanca, resulta claro que los abolicionistas blancos jóvenes estaban bajo un profundo auto-engaño cuando caracterizaban su trabajo como ‘la destrucción del error a través de la potencia de la verdad, el derrocamiento del prejuicio por el poder del amor, la abolición de la esclavitud por el es espíritu del arrepentimiento‘. Al afirmarse de esta manera eran profundamente sinceros y penosamente equivocados. La lucha rápida contra la obliteración de la esclavitud fue, de forma honesta, para estimular, no al "poder del amor" y "arrepentimiento", pero en su lugar promover la oposición de no sólo una cantidad abrumadora de enemigos poderosos, el sistema política entero, pero también los intereses más económicos más potentes de la nación, y una cultura política popular en el norte que era estaba más marcada por el odio racial que en momentos previos de la historia de la nación". Debemos recordar esta lección.

Eran muy optimistas con respecto a sus probabilidades. Después de que las tensiones raciales aumentaron y de una serie de levantamientos violentos a principios de 1830, un abolicionista "inmediatista" predijo que "el sistema entero de la esclavitud caerá a pedazos con una rapidez que nos asombrará".37 De nuevo, esta actitud evoca el exceso de esperanza que ya hemos discutido más temprano.

Debemos de notar que no sólo los abolicionistas blancos se oponían a la resistencia seria en esta etapa, pero algunas personas de color también. La historiadora Lois E. Horton escribe que un editor de periódicos negro "escribió un articulo dirigido a ‘La Parte Más Tosca De Los Ciudadanos De Color‘, en la que amonestaba a los lectores para actuar con más dignidad y auto-control cuando se capturaran a los esclavos fugitivos. [El editor] pidió a los afroamericanos que abandonar la defensa de los fugitivos en manos de los abogados ... La protesta pública, incluso la asamblea pública, pondría en peligro el apoyo de los aliados respetables. Estuvo particularmente sorprendido por la participación de mujeres negras durante la protesta, señalando que serían una ‘vergüenza eterna‘ y acusándolas de que se ‘degeneraban‘ a sí mismas al participar".38

Pero los abolicionistas más militantes continuaron ganando prominencia. El esclavo prófugo Henry Highland Garnet rechazó al pacifismo de tanto los abolicionistas blancos y negros diciendo, "No queda mucha esperanza en la Redención sin no hay un derramamiento de sangre".

Muchos abolicionistas blancos se mantuvieron fieles a sus creencias y prácticas pacifistas, pero conforme el movimiento abolicionista creció, se percibió cada más como una amenaza para los propietarios de esclavos. Respondieron con una creciente ola de represión violenta, en la que los abolicionistas y sus aliados atacaron, e incendiaron su correspondencia y oficinas. Muchos abolicionistas blancos abandonaron el pacifismo después de que el editor de periódicos abolicionista blanco, Elijah Lovejoy, fue tiroteado en su propia ofician por matones que promovían la esclavitud. William Lloyd Garrison, editor del periódico principal abolicionista el Liberator (Libertador), escribió: "Cuando desenrollamos la pancarta del Libertador no anticipamos que, para lograr proteger la esclavitud del sur, los estados libres tendrían que pisotear voluntariamente toda la ley, orden, gobierno o marca que los defensores de la libertad universal como incendiarios y personas fuera de la ley... No se nos ocurrió que la casi todas las sectas religiosas y cada partido político se pondría del lado del opresor".39 Por supuesto, no consideraron y rechazaron la idea, simplemente no se les ocurrió. De cualquier forma, esta represión sí indujo a un gran número de Norteños a a id="page377" />unirse a los abolicionistas por la preocupación a las violaciones a la ley por el gobierno y anti-abolicionistas.

La buena noticia fue que para 1850, cada vez más y más abolicionistas estaban desafiando las leyes de la esclavitud e incluso tomando armas para ayudar a los esclavos prófugos a través del Ferrocarril Subterráneo. Las confrontaciones violentas empezaron a ocurrir de manera espontánea y generalizada o, para ser más precisos, se volvió más común la violencia defensiva por los abolicionistas debido a que la esclavitud se estableció a base de confrontaciones violentas desde el principio y nada de eso le resultaba ser una novedad a las personas negras. Muy pronto se dio a conocer que los dueños de esclavos del norte eran atrapados o tiroteados, en una ocasión en Boston en 1854, una multitud acorraló un tribunal donde un esclavo fugitivo estaba detenido y sometido por los guardias. Stewart escribe, "E incluso cuando no ocurrió violencia física, los militantes usaron su oratoria para instar a las audiencias a la destrucción física en caso de que los métodos más pacíficos fracasaran en detener a los cazadores federales de esclavos. En varias ocasiones, grupos de abolicionistas bien organizados abrumaron a los mariscales y llevaron a los fugitivos hacia un lugar seguro. En otros momentos guardaron armas, planearon maniobras de acoso y se conglomeraron en masas intimidantes".a class="hlink" href="/the-future/notes/#c12-nts040" id="c12-nts040a">40 Aunque tenía sólo una década de que habían jurado jamás usar la fuerza, los abolicionistas blancos llegaron al acuerdo de que el uso de la fuerza letal contra los cazadores de esclavos, en caso de defensa propia, estaba moralmente justificado. La persecución armada de los cazadores de esclavos se volvió una gran tradición para los activistas negros del momento, pero fue un cambio considerable para los abolicionistas blancos. Muchos abolicionistas cristianos cambiaron sus tácticas, argumentando que el pacifismo no era un requisito de Dios, pero que era un deber cristiano y que era la "Ley de Dios" matar a un cazador de esclavos.