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Sin personas valientes ni aquellos dispuestos a actuar, y sin un compromiso real con la profundidad y escala del problema, se nos deja con propuestas de soluciones que no salvarán nuestro planeta. Estas propuestas alternativas se dividen en tres categorías básicas:

I. Caballeros Errantes, así llamados porque "atacan molinos" ???. Estos tecno-reparadores dejarán la industrialización y capitalismo corporativo en su lugar actual, reemplazando los combustibles fósiles con las llamadas energías renovables (eólica, solar, geotérmica entre otras). Lester Brown y Al Gore son los dos ejemplos principales de Caballeros Errantes. Ven la necesidad de un cambio institucional, lo cual es cierto, pero ese cambio se identifica como un cambio de la cultura industrial hacia las energías renovables mientras continúa su camino devorando la tierra.

II. Descensores. En su libro The Long Descent (El Largo Descenso), John Michael Greer argumenta que la economía petrolera se detendrá lentamente hasta pararse por completo dentro de unas cuantas generaciones. Para los Descensores, no hay nada que temer y ciertamente nada puede hacerse más allá de preparativos personales y locales de la comunidad para el descenso energético. Los cataclismos del cambio climático y por los causados por el colapso de ecosistemas permanecen misteriosamente ausentes en el futuro y por supuesto, el contraataque jamás se menciona.

III. Salvavidistas. Reconocen el agotamiento de recursos, el descenso energético, la naturaleza destructiva de la civilización industrial y la inminente catástrofe del calentamiento global, aún así el cambio institucional es excluido y se desalienta el contraataque si es mencionado. Instan con urgencia los cambios personales de estilo de vida y el concepto de "bote salvavidas" como la única solución posible.

Caballeros Errantes

El problema con los Caballeros Errantes es que dejan a la industrialización, capitalismo y en última instancia a la civilización, sin ningún cambio. Todos estos representan un desastre para el planeta y para los derechos humanos. Los Caballeros Errantes nos instan con urgencia para aceptar que todos somos igual de responsables por la destrucción del planeta.

La civilización encarna la destrucción del mundo vivo y la industrialización es la aceleración de ese proceso. Al explotar la energía disponible de los combustibles fósiles la velocidad y la escala de la devastación incrementan dramáticamente.2 Le tomó unos cuantos siglos a los habitantes de la Isla de Pascua destruir las 63 millas cuadradas de bosque que tenían usando hachas de piedra. Una motosierra lo puede lograr en unas cuantas semanas. El capitalismo añade otro acelerante de la destrucción: la riqueza. Para ser claros, cuando decimos capitalismo no estamos hablando de todas las economías de mercado. Estamos hablando de economías específicas organizadas para la acumulación de riquezas privadas. Puede sorprender a los lectores aprender que esta idea es muy nueva en la historia de los quehaceres humanos. Como Ted Trainer señala:

El capítulo 3 "Liberales y Radicales", nos dio una breve historia de cómo los barones mercantes arreglaron la constitución americana para apoyar la acumulación de riqueza, en especial al forzar los contratos. La constitución empoderó a la clase mercante emergente contra ambas, las restricciones tradicionales sobre la acumulación y la protección comunitaria de los comunes, como los bosques y ríos. Esos comunes han sido desmantelados sistemáticamente y han sido transformados en riquezas privadas. En el país donde yo vivo la última corrida de salmón, que como especie ha estado alimentando los bosques por cuarenta millones de años, es un susurro de lo que era, encaminado a pasar a ser sólo una memoria: sólo 500 regresaron el año pasado, una cantidad insuficiente para generar diversidad genética y sólo una débil promesa de nutrición para los secoyas de 350 pies (107 metros) de alto. Se le permite destruir las corridas de salmón a las compañías madereras porque la ley declara que los árboles son de su propiedad en lugar de una comunidad colectiva.

El capitalismo es un sistema económico basado en la extracción y acumulación de riqueza, no se basa en la provisión de las necesidades humanas. Fritz Capara ha escrito que:

No hay una escasez de críticas al capitalismo o ideas sobre sistemas económicos que proveerían las necesidades humanas y derechos humanos. Pero en breve, aquí se enlistan los problemas principales con el capitalismo.

El capitalismo se basa en el crecimiento infinito. En nuestro sistema económico, aquellos que tienen capital lo invierten para generar una ganancia. El problema, como Trainer señala, "es que mientras generan ganancias, su capital crece y no es posible que inviertan todo de manera rentable a menos que haya un incremento en el valor de la producción junto con el consumo".5 La economía debe crecer o el sistema colapsa. Pero nuestro planeta es finito. No podemos consumir más de todo, más árboles, peces, y tierra, cada año y esperar que quede algo.

La inversión capitalista no provee las necesidades humanas como alimentos, refugio o cuidado de salud; en su lugar se destina hacia donde los inversionistas puedan lograr una ganancia. Lo que los ricos quieran será lo que se producirá; lo que los pobres necesiten, bueno, los pobres mejor deberían morir y reducir el exceso en la población, como el capitalista inglés más famoso de la literatura había sugerido. Globalmente, un quinto de la población mundial utiliza la parte más sustanciosa de los recursos, incluyendo los combustibles fósiles, la comida e incluso la tierra.

El capitalismo destruye la democracia y los derechos humanos. Cualquier arreglo donde una pequeña fracción de la población consuma la mayor parte de los recursos requerirá violencia. Las personas no se separan voluntariamente de sus fuentes de sustento. Esa violencia está entretejida en cada playera de Walmart, desde los ríos que son desecados para el cultivo del algodón, los granjeros que son acorralados por las corporaciones que destruyen sus medios de supervivencia hasta cometer suicidio, afectando a los niños de los granjeros que carecen de opciones salvo la emigración a las zonas urbanas marginales donde las plantas explotadoras representan la mejor opción de supervivencia. Un amigo mío es un profesor cuyos alumnos trabajan para tiendas de moda como Old Navy. Los estudiantes a menudo encuentran notas escondidas entre los jeans fabricados en Asia que dicen: "Por favor ayúdanos".

En los países ricos al igual que los pobres, el poder de la riqueza concentrada distorsiona y destruye los procesos democráticos. La riqueza puede comprar la ley, tribunales y gobiernos que quiera: el resto de nosotros en esencia carecemos de acceso a ellos. Con la privatización de los patrimonios y las economías locales destruidas, las personas no tienen opción excepto la de "regatear" con aquellas corporaciones para lograr algún sustento. Sólo un fundamentalista del libre mercado podría creer que los resultados de dichas negociaciones injustas puedan ser justas.

Esto es lo que los Caballeros Errantes no logran captar: dejar al capitalismo como está jamás producirá un mundo justo y sostenible. Un sistema económico basado en el crecimiento continuará transformando a los seres vivos en bienes de consumo muertos, las economías autosuficientes en colonias corporativas de siervos y las democracias en comodidades. ¿Por qué querríamos que este sistema continuara? Aun así, eso es lo que los Caballeros Errantes buscan.

Vale la pena citar a Ted Trainer a sus anchas. Él escribe como si se tratara de una "apología para las personas verdes":

Lester Brown tiene un plan, que hoy está actualizado en la versión 4.0.7 Reconoce claramente que el planeta está en severo peligro. De igual manera deja muy en claro que el sobreconsumo está guiando la destrucción. También es muy franco al confrontar la sobrepoblación, lo cual a menudo resulta ser un tema polémico para los progresistas. Pero está esforzándose en salvar aquello que debe ser detenido: la civilización misma.

El Plan B: Movilizarse para Salvar la Civilización de Brown, involucra cuatro componentes: reducción de las emisiones de carbono en un 80 por ciento para el 2020; estabilizar la población humana en 8 billones; eliminar la pobreza; y reparar las comunidades naturales del planeta, "incluyendo la tierra, acuíferos, bosques, pastizales y pesquerías".8

Lo beneficioso de su plan es la comprensión de que los problemas que enfrentamos son sistemáticos y están interrelacionados. Él escribe, "No es probable que vayamos a estabilizar la población a menos que podamos erradicar la pobreza. Al contrario, no podemos restaurar los sistemas naturales de la Tierra sin estabilizar la población y clima; y no es probable que estabilicemos el clima a menos que estabilicemos la población. Tampoco podremos erradicar la pobreza sin restaurar los sistemas naturales de la Tierra".9

El problema con el Plan B es que deja sin cambio las interferencias de los acelerantes del capitalismo, industrialización y civilización. Esta es la falacia central de los Caballeros Errantes, aun cuando reconocen que algo pueda estar mal con las fuerzas del mercado. Brown escribe, "Dependemos fuertemente del mercado porque de muchas maneras es una institución increíble. Asigna recursos con una eficiencia que ningún cuerpo de planeación central puede igualar y balancea fácilmente el suministro con la demanda".10 ¿A quién asigna los recursos? A las personas que los puedan comprar. Y lo que el capitalismo llama "recursos" otras personas consideran sus comunidades y, en efecto, sus vidas. Como Brown admite, "El mercado no respeta la capacidad de carga de los sistemas naturales. Por ejemplo si la pesca se encuentra sobrepescando contínuamente, eventualmente la pesca empezará a reducirse y los precios se elevarán, motivando mucho más la inversión en la pesca de arrastre. El resultado inevitable es una disminución precipitada en la pesca y el colapso de la pescadería".11

Pero la solución de los Caballeros Errantes no consiste en desmantelar los esquemas de poder del capitalismo, industrialización o civilización. Su solución involucra la sustitución de combustibles fósiles con energías renovables usando incentivos y penalidades para intentar hacer que el mercado cambie hacia las energías renovables. Las opciones favoritas terminan siendo los impuestos y limitaciones al carbono. En el comercio y limitación del carbono, un cuerpo regulatorio limita la cantidad permisible de emisiones de carbono de una actividad específica y luego permite que los permisos sean subastados al mejor postor. En términos generales el problema permanece como la típica pirámide capitalista: las personas con mayor cantidad de dinero serán capaces de comprar los permisos. Si los gobiernos están de acuerdo en que sólo una cantidad de carbono puede ser liberada cada año, ¿por qué los ricos se quedan con el permiso de usar ese carbono? ¿Por qué no se distribuye esa cantidad de carbono de manera equitativa entre cada ser humano?

En la vida real los programas de limitación y comercio han probado ser impracticables en el mejor de los casos y dañinos en el peor. De acuerdo a los abogados ambientalistas Laurie Williams y Allan Zabel, los problemas a enfrentar son una legión.12 Sin rodeos declaran, "No creemos que un sistema confiable y preciso pueda instaurarse para las emisiones y compensaciones dentro de la ventana de tiempo necesaria". En Europa las noticias deficientes y fraudulentas han ayudado a representar al tratado de Kyoto como inefectivo. En efecto, los sistemas de limitaciones y comercio [de carbono] crean otra fuente de riqueza, el carbono, que de manera predecible ha sido movilizado hacia arriba en la jerarquía. El mercado europeo del carbono sólo ha "enriquecido a las industrias contaminantes y a sus asesores, mientras ha generado una reducción mínima de sus emisiones".13

La idea detrás de las limitaciones, comercio e impuestos al carbono es hacer que el mercado responda y se aleje del uso de combustibles fósiles y se mueva hacia las energías renovables (presumiblemente más baratas). Asume que la civilización industrial y capitalismo son una buena manera de arreglar los quehaceres humanos, que estos arreglos pueden ser redimidos por un sencillo cambio hacia las energías renovables y que llevar a cabo dicha sustitución es posible. Ya hemos discutido por qué la industrialización y capitalismo están basados en la dominación y destrucción. Pero el tema de las energías renovables vale la pena una mirada crítica.

Las energías renovables son la Tierra Prometida de los progresistas, donde los megawatts fluirán como ríos de leche y miel. Pueden electrificarlo todo, los bienes de consumo, los suburbios, la agricultura, y dejarnos con una atmósfera viable. Todo lo que tenemos que hacer es redireccionar al mercado para que invierta en alguna combinación de energía solar, eólica, geotérmica o biomasa y podemos vivir en nuestro planeta y devorarlo al mismo tiempo

Pero la realidad nos corrige con dureza, en especial cuando las personas han invertido tanto su bienestar emocional como su futuro en esperanzas que no están respaldadas. Los Caballeros Errantes son milenaristas científicos: nacerá un nuevo día sobre nuestros paneles solares mientras logremos purificar nuestras vidas personas y todos tengamos fe.

Pero no importa cuánta fe tenga uno, eso no cambiará la realidad de la física y matemáticas. Por ejemplo, la energía eólica es la "pieza central" del Plan B de Brown versión 4.0. Él afirma que "explotar un quinto de la energía eólica disponible en la tierra nos proveería de siete veces la cantidad de electricidad que el mundo utiliza actualmente".14 Él propone la construcción de suficientes granjas de viento para poder generar 3,000 gigawatts, lo cual proveería de apenas 40 por ciento de la demanda mundial. Este es el tipo de declaración que tranquiliza a los alarmados y los regresa al sueño. Hay problemas serios con la energía eólica que Brown y otros Caballeros Errantes ignoran, y su ignorancia trae peligros a nuestros planeta.

Como Ted Trainer ha dejado en claro, "Aun en áreas muy ventosas, el viento no será capaz de proveer mucho más que una pequeña fracción de la energía necesaria".15 El primer gran problema está en la variabilidad del viento. Sí, en algunos lugares el potencial de explotación puede ser mayor que la demanda. Pero la mayor parte de ese potencial es inútil porque el viento es una fuerza intermitente. Las granjas de viento generan una producción tanto con máximos como con mínimos, lo cual significa un patrón de generación eléctrica que oscila entre todo o nada. Si los vientos soplan y las turbinas están girando a su capacidad, el sistema eléctrico tendrá un sobrecarga. La mayor parte de la energía eléctrica necesitará mantenerse fuera de la red para evitar que el sistema eléctrico se sobrecaliente. ¿Por qué no se apagan las plantas de combustible fósil y se usa la producción eólica? Porque toma entre doce y veinticuatro horas encender o apagarlos. Si el exceso en la generación de electricidad pudiera ser almacenado el problema podría mitigarse, pero la electricidad es en esencia imposible de guardar. El problema de variabilidad inherente significa que para generar la cantidad de energía que las sociedades industriales emplean habitualmente, la capacidad de generación de los combustibles fósiles tiene que ser al menos igual que la capacidad eólica. Sin ese respaldo, empleando solamente el viento, el "cenit de la capacidad [de viento] debería de llegar a algo similar a veinte veces la demanda promedio. La cantidad de molinos de viento necesarios sería tan grande que sería una imposibilidad".

Esto ha sido corroborado por las experiencias en Europa, donde la variabilidad significa que un umbral tan bajo como el 5 por ciento de la energía eólica causa "dificultades significativas de integración con el sistema eléctrico".17 Dinamarca es una referencia común de un ejemplo positivo, ya que los problemas no aparecen hasta que el suministro eólico alcanza el 18 por ciento. Este número particular cae afuera de los análisis, ya que la mayor parte de la producción es exportada. El resto es desechado. Es un hecho que sólo el 4 por ciento puede ser incorporado por el sistema eléctrico danés. Las dos razones por las que Dinamarca puede exportar los excesos son porque sus vecinos no están usando energía eólica y por lo tanto tienen ese poder adquisitivo y porque Dinamarca es pequeña comparada con sus vecinos y por eso genera pequeñas cantidades de energía.

Lo que más la condena, es que hay un investigador que cree que la energía eólica causaría un mayor uso de energía fósil que si nos se construyeran los molinos de viento. Trainer lo explica diciendo, "Esto se debe a que las plantas de gas más eficientes (con ciclos combinados de turbinas de gas) deben de funcionar bajo una producción constante, pero las plantas capaces de variar su producción para adaptarse rápidamente a las alteraciones del viento, son mucho menos eficientes. Además la variación frecuente reduce la vida de las turbinas de gas".18

Algunos Caballeros Errantes están enamorados del hidrógeno como método de almacenamiento de energía. Pero incluso bajo las mejores circunstancias, sólo el 25 por ciento de la energía guardada en las pilas de combustible se puede usar. Es un mecanismo muy pobre para almacenar energía. Considera el promedio de veinte veces la demanda que se cita más arriba y multiplícalo por tres para tener el número de molinos necesarios. Resulta una tarea imposible. Nos disculpamos con Bob Dylan, la respuesta no está "soplando en el viento".

La energía solar no resulta ser mucho mejor. De nuevo, Brown proselitiza hacia un milenarismo tecnológico con declaraciones como, "Hay suficientes recursos térmicos solares en el sudeste de los EU para satisfacer las necesidades actuales de electricidad de EU casi cuatro veces".19 No debemos preocuparnos por el futuro, sólo coloquen su fe en el sacerdocio tecnológico. Pero bajo una investigación más profunda, los milagros prometidos por la energía solar se caen a pedazos como los trucos de magia. Al igual que con el viento, el almacenamiento e integración hacen de la energía solar algo más útil como energía de respaldo que como una fuente primaria de energía. La energía térmica solar cuesta más de 7.5 veces que la generada por una planta eléctrica de carbón.19 Los paneles solares fotovoltaicos (PV) pueden costar trece veces más.21 El invierno representa un problema infranqueable, lo cual ha llevado a algunos, incluyendo a Brown, a sugerir que África del Norte es el mejor sitio para la electricidad de Europa. Una calcomanía enjundiosa pregunta, ¿cómo llegó nuestro petróleo bajo sus arenas? La versión renovable podría decir, ¿cómo cayó nuestra energía solar sobre su arena? Esto sólo puede funcionar moralmente si, como Brown, permaneces partidario de la globalización neoliberal: los países pobres deben atraer el capital de los ricos e integrarse en los mercados globales al vender cualesquiera "recursos" puedan tener. El nuevo mundo de la energía renovable se verá exactamente igual al viejo en términos de explotación.

Pero incluso dejando de lado la cuestión básica de justicia, la física nos muestra que el esquema no funcionaría, ya que involucra líneas de transmisión enormemente largas, las cuales incluirían un tramo bajo el Mar Mediterráneo. Para Europa, con su localización al norte, la presencia de tanto nubes como la de un invierno fuerte significa que la energía solar no puede siquiera empezar a reemplazar los niveles de consumo alcanzados por los combustibles fósiles. En los EU la situación es similar en cuanto a que los mejores sitios están en el sudoeste, los cuales tiene una menor población. Para llevar esa energía a los centros de población se requeriría de largas líneas de transmisión y almacenamiento, junto con sus "pérdidas parasitarias, costos energéticos, pérdidas en la transmisión y el costo de un sistema de respaldo".22 La energía termosolar tiene la ventaja que es energía almacenable (el calor en el aceite, arena derretida o roca molida). Ahora mismo el almacenamiento puede durar hasta doce horas. Pero la información muestra que la cobertura de las nubes puede durar hasta diez días incluso en los mejores sitios, lo cual requeriría de una capacidad para obtener energía de respaldo. Los sistemas fotovoltaicos tienen los mismos problemas de variabilidad y almacenamiento que el viento. También son muy costosos. Los cálculos de Trainer muestran que los sistemas fotovoltaicos incluyendo los generadores domésticos e industriales pueden tardar entre 150 a 294 años para pagar su costo. Basado en su análisis sobre una sistema hogareño concluye que "si la electricidad generada se vendiera al mismo precio que la electricidad generada por carbón tomaría 452 años en pagar su costo".23 Como él declara, "Estos periodos largos de retorno de inversión indican la magnitud de los incrementos en el precio de la electricidad que deberían ser aceptados en una economía basada únicamente en energías renovables".24 Trainer examina la opción de paneles solares para una planta de 1,000 megawatts que atendiera la demanda las veinticuatro horas del día. Determinó que ubicados en una buena localización y asumiendo el almacenaje en hidrógeno, podría llegar a costar treinta y cuatro veces el costo del carbón.25 En algún punto, el costo de la energía nos llevaría al colapso de la economía industrial. Los autores de este libro no tienen ningún problema con ese resultado. Pero los Caballeros Errantes que abogan por las energías renovables están esforzándose por evitar esa posibilidad lo más duro que pueden.

Por supuesto, estos costos están basados en la energía de los combustibles fósiles que hoy en día permanece barata. Los molinos de viento, paneles fotovoltaicos y el sistema de la red eléctrica en sí misma, todos estos elementos son manufacturados empleando esa energía barata. Cuando el costo de los combustibles fósiles empiece a elevarse, esos bienes que requieren un alto grado de manufactura sencillamente dejarán de ser viables: energías renovables sic transit gloria. Los elementos utilizados en algunas tecnologías clave como el galio, indio y telurio sencillamente no existen en las cantidades requeridas para la fabricación de paneles fotovoltaicos que suministren una cantidad significativa del consumo mundial de electricidad. Los ingredientes básicos para la fabricación de máquinas de energía renovable son los mismos materiales que se encuentran en todos los productos industriales, como el cemento y aluminio. Nadie va a producir ninguna cantidad de cemento sin la energía fácil de los combustibles fósiles: el cemento requiere una gran cantidad de energía de manera tal que cada libra de cemento libera una libra de carbono a la atmósfera.

¿Y el aluminio? La extracción minera de este metal es en sí misma una pesadilla de gran destrucción y toxicidad para las comunidades en las riberas de los ríos, de las cuales no podrán despertar excepto dentro de eras geológicas. Y al igual que el cemento, la producción del aluminio y acero está saturada con una elevada incorporación energética. No son ingredientes con los que podamos construir un modo de vida sostenible. Su extracción va dejando a los ríos devastados; su refinación exige el calor del infierno; y su propósito de uso resulta en más de lo mismo, el consumo contínuo del planeta.

El hecho de que tengo que mencionar a los biocombustibles nos dice que los ambientalistas tradicionales habitan en la tierra de la fantasía, una fantasía construida en la legitimación de 3,000 libras de acero.

Es un hecho que el etanol de maíz no provee de ninguna energía neta. Si lo hace es una cantidad minúscula. Aún más importante, cada acre de maíz usado para la producción de etanol requiere que un acre correspondiente sea tomado de la naturaleza para recuperar la pérdida de alimento. El único lugar que quedaría serían los trópicos. Un equipo de la Universidad de Princeton realizó los cálculos: los biocombustibles basados en la tala de hábitat natural de los trópicos incrementa "dramáticamente" las emisiones de gases de efectos de invernadero.26 Un estudio publicado en la revista Science determina la "deuda de biocombustible del carbón" en treinta y siete. Entiéndase: convertir tanto los pastizales como la selva tropical en campos de maíz, soja o aceite de palmera para la elaboración de biocombustibles resulta en una emisión de carbono treinta y siete veces mayor que la reducción obtenida de gases de efecto invernadero por el efecto de cambiar de combustibles fósiles a biocombustibles.27 Como Trainer lo ha explicado, "Los límites a la producción de combustibles líquidos no tiene principalmente que ver con la razón de retorno de energía por producir combustibles a partir de biomasa. Tiene que ver con la cantidad de área de terreno disponible y los rendimientos asociados".28

De nuevo, encontramos esa ignorancia básica de cómo la vida funciona en realidad, un nivel de conocimiento endémico de las sociedades agrícolas. La tierra está viva, profundamente viva. No es un material inerte para que los humanos lo utilicen o manipulen y tratarla de esa manera nos ha traído al final del mundo. Porque la tierra está viva, necesita comer. Remover de manera contínua el material vegetal significa que la tierra muere de hambre. Con la tierra en estado de inanición, las plantas no tendrán nada para comer. Proveer el nitrógeno extraído de combustibles fósiles dejará de manera temporal que las plantas crezcan, pero tanto el contenido mineral de la tierra como el cuerpo mismo de la tierra se mantendrá en una constante degradación.

Esos fertilizantes son, por supuesto, parte del agotamiento de los combustibles fósiles al igual que la acumulación de gases de efecto invernadero. El ganador del Premio Nobel, Paul Cruzen, descubrió que las emisiones de óxido nitroso de los fertilizantes petroquímicos necesarios para la producción de maíz y colza anula cualquier ahorro de carbono.29 Los biocombustibles son sólo otra agresión contra el planeta.

El camino hacia el infierno está pavimentado con combustibles fósiles. Y no hay una fuente de energía que pueda proveer la continuidad de la cultura industrial. Los Caballeros Errantes deben enfrentar la verdad. El sol, los ríos, el viento y los árboles pueden proveernos de un hogar. Pero no pueden proveernos con un imperio personal de energía que no podrá alcanzar más allá de unas pocas generaciones más y la última generación ya está aquí.

Los Caballeros Errantes tienen más propuestas, pero son ideas vampirezcas que se vuelven polvo al contacto con el sol. Ellos prometen que podemos mantener nuestros vehículos, mientras que sean eléctricos. Resulta ser que la producción de dichos automóviles puede emplear hasta cinco veces la energía requerida para la producción de un automóvil regular. Para un Prius, el número que destaca es de 142 por ciento más energía a lo largo de la vida del automóvil. De hecho, los híbridos consumen más energía que un vehículo todoterreno. De acuerdo con Richard Newman, el costo de energía por milla a lo largo de la vida de un Prius es de 1.4 veces el costo de la energía de un coche promedio en los EU.30 Lester Brown sugiere el uso de electrodomésticos ahorradores que puedan "conversar" con la red eléctrica. ¿Y cuánta energía se incorpora en la fabricación de dichos circuitos complicados? Mientras tanto, sabemos cuánta energía está incorporada en una bodega fría, un trampolín o los alimentos producidos a diario de manera local: ninguna. Pero nadie se atreve a sugerir un modo de vida diferente, uno que delate las armas empleadas por la civilización, la espada y la reja de arado por igual.