Saltar al contenido
Índice
Descargar el ebook de DGR Descargar
Comprar el libro DGR Comprar
Aprenda Más
Involúcrate
Conectarse con DGR

TÁCTICAS CLANDESTINAS

Algunas tácticas pueden llevarse a cabo de manera clandestina (como la organización para la liberación general y propaganda), pero son más efectivas en el movimiento expuesto. Donde el discurso abierto resulte peligroso, este tipo de tácticas puede relocalizarse en el movimiento clandestino para adaptarse a las circunstancias. En su lucha por los derechos humanos básicos, se le debió haber permitido al Congreso Nacional Africano a trabajo de manera expuesta, pero sencillamente eso no era posible bajo el apartheid represivo de Sudáfrica.

Y luego están las tácticas que sólo son adecuadas para el movimiento clandestino, las operaciones restringidas al movimiento clandestino dependen de la capacidad de operar en secreto y su seguridad. Las líneas de escape y casas seguras para los perseguido y fugitivos de la resistencia son ejemplos de esas acciones. Hay una razón para que se llame el Ferrocarril "Subterráneo" y radica en que no es transferible al movimiento expuesto porque toda la operación depende de que sea realizada en secreto. La recopilación de inteligencia clandestina es otro caso; la Resistencia Francesa no recopiló los secretos del enemigo caminando hacia la oficina más cercana del SS y preguntando por una lista de como movilizarían sus tropas.

Algunas tácticas casi siempre se limitan al movimiento clandestino:

  • Inteligencia Clandestina
  • Escape
  • Sabotage y ataques a provisiones y equipo
  • Ataques a las tropas
  • Intimidación
  • Asesinato

Como categorías operativas, la inteligencia y escape son bastante claras y pocas personas que estén estudiando las luchas históricas negarán la importancia de recabar información o la ayuda a personas que escapaban de la persecución. Por supuesto, algunos abolicionistas del periodo anterior a la Guerra Civil no apoyaron al Ferrocarril Subterráneo. Y muchas autoridades judías intentaron obligar a los judíos alemanes a cooperar con su registro y medidas de control de la población. En retrospectiva, resulta evidente que estos fueron errores estratégicos y morales enormes, pero en su momento sólo pudo ser evidente a las personas más perceptivas y previsoras.

El sabotaje y los ataques materiales son técnicas que se sobreponen. A menudo, el sabotaje es más sutil; por ejemplo, la maquinaria se puede desactivar sin que se reconozca como sabotaje. Los ataques a materiales a menudo son esfuerzos más evidentes para destruir e incapacitar el equipo y suministros del adversario. En cualquier caso, ambos conforman un continuo de mutua inclusión, donde el sabotaje se posiciona más cerca del extremo clandestino en la escala.

Es cierto que los daños pueden ser ocasionados a través del sabotaje y que el sabotaje puede ser una forma de violencia. Pero permitir que una máquina opere también puede ser mucho más violento que sabotearla. Piensa en una red de deriva. ¿Cuántas criaturas asesina una red de deriva con su paso a través del océano, sin considerar si en realidad está pescando o no? Destruir una red de deriva o sabotear el barco que la usará salvará incontables vidas. Claramente, sabotear una red de deriva no es un acto violento. En cambio, se puede argumentar que no sabotear la red de deriva (dado que tengas los medios y la oportunidad) es un acto profundamente violento; en efecto, no es sólo violento para las criaturas individuales, pero resulta violento a una escala ecológica masiva. La red de deriva es un ejemplo obvio, pero podrías argumentar de manera similar (de manera más extensa e indirecta) para prácticamente cualquier maquinaria industrial.

¿Te opones a la violencia? Así que, ¿dónde está tus actos de oposición?

El sabotaje no es categóricamente violento, pero las siguientes categorías clandestinas pueden involucrar violencia de parte de la resistencia. Los ataques a tropas, intimidación, asesinatos y otras acciones similares han sido empleadas con grandes efectos por muchos de los grandes movimientos de resistencia en la historia. Desde el asesinato de oficiales de la SS por prófugos de los campos de concentración al asesinato de los dueños de esclavos por esclavos sublevados hasta el asesinato de torturadores británicos por los Doce Apóstoles de Michael Collins, el uso selectivo de violencia ha sido una victoria esencial en muchos movimientos de resistencia y luchas de liberación.

Es común que en los lugares donde una población políticamente consciente vive bajo una ocupación militar pública haya ataques contra las tropas. A menudo en estas situaciones hay poca distinción entre los militares uniformados, la policía y los paramilitares del gobierno (como los Negros y Tans o milicianos). La violencia puede ser secundaria. A veces los miembros de la resistencia están intentado capturar equipo, documentos o inteligencia; ¿cuántas guerrillas han comenzado al momento de matar a los soldados de la ocupación para obtener sus pistolas? A veces los ataques tienen la intención de obligar al enemigo a incrementar su guarniciones defensivas o para que se contenga en posiciones de defensa y abandone posiciones más remotas y áreas periféricas. A veces la razón es para demostrar fortaleza o capacidades de resistencia a la población y al ocupante. A veces el punto es realmente matar a los soldados enemigos y agotar las fuerzas de la ocupación. A veces las tropas sólo son centinelas o guardias y el objetivo principal es un edificio o instalaciones enemigas.

Por supuesto, para que estos ataques ocurran exitósamente, deben obedecer las reglas básicas del conflicto asimétrico y tener una buena estrategia general. Cuando atracaron una estación de policía para obtener armas, la IRA eligió los sitios con menor protección. Las guerrillas prefieren ir tras los lugares con sólo uno o dos centinelas y cualquier ataque a esos pequeños sitios obliga al ocupante a tomar decisiones difíciles: abandonar un puesto fronterizo porque no es lo suficientemente adecuado para defenderlo o incrementar la seguridad duplicando el número de guardias. Cualquier a de las dos logra un beneficio para la resistencia y agota los recursos del ocupante.

Y aunque a menudo es cierto que en los conflictos industriales la destrucción de material e interrupción de la logística puede ser muy efectivo, a veces eso no es suficiente. Por ejemplo considera como se involucró América en la Guerra de Vietnam. El costo para los americanos en términos de equipo y provisiones fue enorme (en dólares modernos, la guerra costó cerca de $600 mil millones). Pero no fue el costo de reemplazar helicópteros o la gasolina de los convoys que transformó el sentir de los EU en contra de la guerra. Sino fue el flujo creciente de cadáveres americanos que regresaban en ataúdes.

Es un mundo de diferencia, social, organizativa y psicológicamente, entre luchar contra la ocupación de un gobierno extranjero y la ocupación de uno interno. Hay algo acerca de la psicología de resistencia que facilita a las personas unirse contra un enemigo externo. La mayor parte de las personas no hacen una distinción entre las personas que viven en su país y el gobierno de ese país, lo cual explica porqué las noticias dirán "América se retira de la discusión del cambio climático" cuando en realidad están hablando del gobierno americano. Esta psicología es la razón por la que millones de personas vietnamitas se levantaron en armas contra la invasión americana, pero sólo un puño de americanos tomó armas contra la invasión (algunos de ellos fueron soldados que fragmentaron a sus oficiales y algunos de ellos eran grupos como el Weather Underground que no lastimaron a las personas que estaban quemando vivos a los campesinos vietnamitas por decenas de miles). Esta psicología explica porque algunos de los patriotas que lucharon en la Resistencia Frances torturaron personas para reprimir la Resistencia Algerina. Y también explica porque la mayoría de los alemanes ni apoyaron de manera teórica una resistencia contra Hitler una década después de la guerra.

Esto no es un buen presagio para la resistencia en un mundo minoritario donde viven los ricos y poderosos. Las personas en países más pobres pueden ser capaces de manifestarse contra corporaciones extranjeras y dictaduras coloniales, pero aquellos al mando del imperio enfrentan estructuras de poder que la mayoría de las personas considera natural, familiar e incluso amigables. Pero estas instituciones domésticas de poder, ya sean corporativas o gubernamentales, son igual de externas e igual de destructivas que un ejército invasor. Pueden estar basados en la misma región geográfica que nosotros, pero son igual de extranjeros si fueran dirigidos por robots o alienígenas.

La intimidación es otra táctica relacionada con la violencia que usualmente se lleva a cabo de manera clandestina. Esta táctica es empleada por la "Pandilla Gulabi" (también conocida como la Pandilla de los Saris Rosas) de Uttar Pradesh, un estado en la India.4 La líder Samat Pal Devi la llama una "pandilla de la justicia". La Pandilla Gulabi se formó como una respuesta al patriarcado profundamente arraigado y violento (especialmente por la violencia doméstica y sexual) y la discriminación basada en castas. Los miembros usan una variedad de tácticas para luchar por los derechos de la mujer, pero su "violencia vigilante" se ha ganado la atención global. Con más de 500 miembros pueden ejercer una considerable fuerza. Han detenido bodas con niñas. Han propinado palizas a hombres que perpetúan violencia doméstica. La pandilla obligó a la policía a registrar crímenes realizados a la casta de los Intocables abofeteando a los policías hasta que cumplieran su labor. Han secuestrado camiones llenos de alimentos que iban a ser vendidos con una ganancia para oficiales corruptos. Sus cientos de miembros practican la defensa personal con el lathi (una barra tradicional india empleada como arma). No es ninguna sorpresa que sus filas estén creciendo.

Muchos de estos ejemplos pisan el frontera de nuestra distinción entre el movimiento expuesto y el clandestino. Cuando se lucha en contra de sistemas de patriarcado que han establecido alianzas cercanas con los gobiernos y la policía (lo cual habla de virtualmente todos los sistemas de patriarcado), los grupos de mujeres que se han visto obligados a usar violencia o la amenaza de violencia es probable que operen de una manera clandestina alguna parte de del tiempo. Al mismo tiempo, los efectos de la defensa personal deben ser prominentes y públicos. Asesinar a un violador o abusador tiene el beneficio obvio de detener cualquier futuro abuso por parte de ese individuo. Pero el efecto benéfico mayor es la intimidación de otros abusadores potenciales, para invertir los papeles y prevenir otros incidentes de violación o abuso al hacer conscientes a los perpetradores de las consecuencias. La popularidad y efectividad de la Pandilla Gulabi se debe en parto porque de manera abierta desafían los abusos del poder de los hombres, así que el efecto tanto en hombres como en mujeres es muy grande. Su desafío como movimiento expuesto reúne más apoyo del que podrían obtener si ocasionaran la muerte de los hombres por una serie de accidentes misteriosos. De manera similar las Panteras Negras fueron populares porque de manera pública desafiaban la opresión violenta que la policía llevaba a cabo de manera cotidiana. Y por cargar de manera abierta armas, fueron capaces de intimidar a la policía (y a otras personas como a los narcotraficantes) para que redujeran sus abusos.

La intimidación de aquellos en el poder alcanza unos límites. Las personas más poderosas son las que están físicamente más aisladas; pueden tener guardaespaldas o vivir en lugares cercados. Tiene una fuerza coercitiva al alcance mucho mayor que la de cualquier movimiento de resistencia. Por esa razón, históricamente, los grupos de resistencia han empleado la intimidación principalmente sobre funcionarios de bajo nivel y colaboradores que dan información a aquellos en el poder cuando se les pide o están quienes cooperan con ellos de forma más limitada.

Resulta importante reconocer la distinción entre intimidación y terrorismo. El terrorismo consiste de ataques violentos contra civiles. La intimidación de la resistencia se dirige directamente a aquellos responsables de actos opresivos y de opresión y a sus estructuras de poder, y deja que esas personas sepan que sus acciones tienen consecuencias. La razón por la que las personas quedan tan irritadas es porque involucra violencia (o la amenaza de violencia) ascendiendo por la jerarquía. Pero la intimidación de resistencia es en última instancia, por supuesto, un intento de reducir la violencia. Grupos como la Pandilla Gulabi abofetean a los hombres abusivos en lugar de sólo matarlos. Hay una escalada razonable que le da a los hombres una oportunidad de detener su mala conducta y también deja en claro las consecuencias de continuar actuando de la misma manera. La violación y abuso doméstico son un tipo de terrorismo; son actos insensatos y no provocados de violencia contra civiles no armados, diseñados para amenazar y aterrorizar a las mujeres (y hombres) para que obedezcan. La intimidación de los violadores o abusadores domésticos es una táctica que puede ser usada para detener su violencia al mismo tiempo que se emplea la mínima cantidad posible de violencia.

Ningún movimiento de resistencia quiere involucrarse en ciclos innecesarios de violencia y venganza con aquellos en el poder. Pero rehusarse a emplear tácticas violentas cuando son apropiadas es muy probable que generará más violencia. Muchos abolicionistas no apoyaron a John Brown porque consideraron que su plan para una batalla de liberación era demasiado violento, pero el fracaso de Brown terminó inevitablemente en una extendida y terrible Guerra Civil (al igual que una continuación de muchos años de una sangrienta esclavitud), una consecuencia que fue por varios órdenes de magnitud más violenta que las intenciones planeadas por Brown.

Esto nos lleva a la última táctica mayor del movimiento clandestino: el asesinato.

Estoy hablando del asesinato (o cualquier ataque a humanos) en el contexto de la resistencia, donde se deben resolver dos preguntas clave. Primero, ¿será estratégicamente beneficioso el acto?, es decir, ¿el asesinato avanzará la estrategia del grupo? Segundo, dada la persona en cuestión, ¿es moralmente justo? (El tema de la justicia forzosamente es particular al objetivo; se asume que una estrategia mayor incorporará objetivos para incrementar la justicia.)

Como se muestra en la retícula de dos por dos observamos todas las combinaciones, un asesinato puede ser estratégico y justo, puede ser estratégico e injusto, puede ser no-estratégico pero justo o puede ser ambos, no estratégico e injusto. Obviamente, cualquier acción en la última categoría estaría fuera de consideración. Cualquier acción en la categoría de estratégico y justo podría ser una buena decisión para un movimiento de resistencia armado. Las otras dos categorías es donde aumenta la complejidad.

Figura 13-3

Hitler ejemplificó un número de combinaciones diferentes de estrategia vs justicia en distintos momentos a través del tiempo. Es un dilema moral común preguntarse si hubiera sido buena idea regresar en el tiempo y matar a Hitler de niño, si el viaje en el tiempo fuera posible. Hay una buena posibilidad de que esto hubiera evitado la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, lo cual hubiera sido una buena cosa, así que sí es estratégico. El problema estriba en que la mayoría de las personas considerarían injusto asesinar un niño inocente que todavía no había cometido ningún crimen, así que sería difícil considerar que esa acción es justa en un sentido inmediato.

Una vez que Hitler alcanzó el poder al final de los años 30, su objetivo se volvió evidente debido a que ya había revelado el odio y expandido su control sobre la Alemania Nazi. En ese punto hubiera sido ambos, estratégico y justo asesinarlo. En efecto, algunos elementos que participaban en el Wehrmacht (ejército) y el Abwehr (inteligencia) lo consideraron porque conocían los planes de Hitler. Desafortunadamente, fueron indecisos y no se comprometieron al plan. Muy pronto Hitler empezó a invadir los países vecinos y conforme su popularidad aumentaba, se aplazó el plan de asesinato. Tomó años antes de que desde adentro, algunos elementos organizaran un intento de asesinato.

Figura 13-4

El famosos atentado tomó lugar (y fracasó) el 20 de julio de 1944.5 Lo interesante fue que los Aliadas también estaban considerando atentar contra la vida de Hitler, al cual llamaron Operación Foxley. Sabían que de manera rutinaria, Hitler tomaba caminatas solo en un área remota e idearon un plan para lanzar con paracaídas a dos operativos vestidos como oficiales alemanes, uno de ellos francotirador, que quedaría en espera y asesinaría a Hitler cuando pasara. El plan jamás se ejecutó debido a una controversia interna. Muchos integrantes del Special Operations Executive ??? y el gobierno británico creían que Hitler era un mal estratega, un maníaco cuyas extralimitaciones causarían su caída. Creían que si él era asesinado, su reemplazo (probablemente Himmler) sería un líder más competente, lo cual nivelaría la guerra e incrementaría las pérdidas a liadas. En la opinión de los Aliados, era incuestionablemente justo asesinar a Hitler, pero no resultaba en un beneficio estratégico.

No hay una escasez de situaciones donde emplear el asesinato hubiera sido justo pero con un valor estratégico cuestionable. Los grupos de resistencia que ponderan el asesinato tienen muchas preguntas que hacerse al decidir si están siendo estratégicos o no. ¿Cuál es el valor de este blanco potencial para el enemigo? ¿Se trata de una persona excepcional o su influencia es resultado de su rol en la organización? ¿Quién reemplazaría a esta persona, y acaso esta persona sería mejor o peor para la lucha? ¿Haría alguna diferencia a escala organizativa o el blanco potencial es sólo un engrane reemplazable? Los individuos valiosos por ser únicos son los únicos blancos valiosos para el asesinato por parte de los grupos de resistencia.

Por supuesto, bajo un contexto militar (y esto se sobrepone con ataques de las tropas), los francotiradores rutinariamente atacan a los oficiales por sobre los soldados. En teoría, los oficiales o soldados alistados están estandarizados y son reemplazables, pero, en práctica, los oficiales representan blancos más valiosos. Existe una diferencia entre equivalencia teórica y práctica; puede haber otros oficiales que reemplacen al asesinado, pero el reemplazo puede no llegar a tiempo o puede carecer de la experiencia de su predecesor (la experiencia es una razón clave por la que Michael Collins asesinaba a los oficiales de inteligencia). Habiendo dicho eso, los francotiradores no sólo atacan oficiales. Los francotiradores atacan a cualquier soldado enemigo disponible porque la guerra trata en esencia sobre la destrucción de la capacidad del bando contrario de hacer la guerra.

Los beneficios también deben de sobrepasar los costos o efectos secundarios. Los miembros de la resistencia pueden ser capturados o asesinados en el intento. El asesinato también provoca una respuesta mayor y mayores represalias porque es un ataque directo a aquellos en el poder. Cuando el jefe de la SS, Reinhard Heydrich ("el carnicero de Praga") fue asesinado en 1942, los Nazis masacraron a más de mil checos en respuesta. En Canadá, la ley marcial (a través del Acta para las Medidas de Guerra) sólo ha sido declarada en tres ocasiones, durante la Primera Guerra Mundial, la Segunda Guerra Mundial y una vez más después del asesinato del Vice Premier de Quebec por la Frente de Liberación de Quebec. Recuerda, los aliados del movimiento expuesto podrán recibir el peso de las represalias por los asesinatos y aquellas represalias pueden ir de la ley marcial y mano dura de la policía a arrestos masivos o incluso ejecuciones.

Hay una distinción importante que tenemos que marcar cuando el asesinato se usa como una táctica ideológica versus una táctica militar. Como táctica militar, empleada por miles de francotiradores en la historia de la guerra, el asesinato debilita decisivamente al adversario al asesinar a las personas que poseen experiencia o talentos importantes, lo cual debilitaría a toda la organización. El asesinato como táctica ideológica (el ataque o asesinato de figuras prominentes debido a desacuerdos ideológicos) muy a menudo termina mal rápidamente. Hay pocas maneras más efectivas para crear mártires y desatar ciclos de violencia que en realidad no logran nada decisivo. Por ejemplo, el asesinato de Michael Collins por parte de sus antiguos aliados sólo condujo a una guerra civil sangrienta.