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ESPIRITUALIDAD

Una postura de retirada es a menudo una combinación de liberalismo y desesperanza. El liberalismo sólo puede ofrecer soluciones individuales; la desesperanza no ofrece ninguna solución. Los sistemas de opresión como el capitalismo y el patriarcado pueden sentirse abrumadores por su escala y sadismo. La promesa de la retirada, la cual promueve que una estrategia de cambio personal puede sumarse y lograr un cambio político, es entendiblemente atractiva, especialmente porque a menudo viene con un conjunto de instrucciones que, si no siempre son fáciles, mínimo son sencillas. En efecto, una vida entera, inclusive una identidad, puede ser construida alrededor de estas acciones. Por lo tanto es una respuesta a la desesperanza, pero es una respuesta que depende de la fe, no de la estrategia, lo cual equivale a decir que es una solución emocional y no una solución material.

Debemos de pensar más allá de nuestras necesidades emocionales. Las soluciones basadas en la fe no superan el escrutinio intelectual. Cuando se cuestionan, los adherentes se sienten amenazados y deben retirarse a la protección de los temas repetibles y a la compañía de personas que reafirman pensamientos similares. Esta es la postura que se toma a través de la comunidad progresista. Y actualmente existe una subcultura entera de personas en retirada que han logrado un verdadero milenarismo.

El milenarismo es "cualquier movimiento religioso que predice el colapso del orden mundial como lo conocemos y su reemplazo con un milenio o periodo de justicia, igualdad, salvación, etc. Los movimientos milenaristas muestran un ejemplo extremo del uso de la religión como una 'escapatoria' o reacción al estrés social y la anomia resultante".52

El peor caso en la historia de milenarismo fue el culto al sacrificio de ganado de la población Xhosa. Los Xhosa son un población pastoril que vivió en el este de Sudáfrica cuando los holandeses llegaron a mediados del siglo XVII. Su primer encuentro con los europeos fue a principios del siglo XVIII. El siguiente siglo estuvo lleno con el predecible desplazamiento poblacional, resistencia y guerra. Junto con estos factores de estrés, en 1854 una enfermedad pulmonar se expandió por el ganado de lo Xhosa dejando a la población aun más vulnerable.

En abril de 1856, una niña de 15 años de edad llamada Nongqawuse tuvo una visión espiritual en la que se le dijo que los Xhosa debían matar a su ganado, arrazar con sus cosechas, desechar sus guarniciones de comida y destruir sus utensilios de jardinería y cocina. Si estas acciones eran realizadas, los muertos regresarían, la enfermedad y la senectud desaparecerían, la comida emanaría de la tierra, un ganado fértil y gordo se materializaría y "toda la comunidad se levantaría de entre los muertos" para sacar a los británicos.53

La historia de la profecía se divulgó rápidamente. El jefe de los Xhosa, Sarhili, se volvió adepto y ordenó la matanza del ganado. Conforme la profecía se popularizaba otras personas empezaron a tener visiones y veían a los muertos levantarse de los océanos o flotando en el aire. Esto motivó la mayor destrucción de sus recursos alimenticios y ganado. Se mataron tantas cabezas de ganado que las aves carroñeras no podían mantener el ritmo de consumo y los cadáveres empezaron a pudrirse. En total 400,000 bestias fueron sacrificadas. Los Xhosa construyeron corrales más grandes y mejores para el ganado profetizado, además de bolsas gigantescas de cuero para la leche que había sido prometida.

La primer fecha de entrega de la profecía vino y se fue sin ser cumplida. La fecha fue postergada. No volvió a suceder nada. Con tanta inversión psicológica, la respuesta fue predecible: el problema estuvo en los no creyentes. El escaso ganado que quedó, el cual proveía las necesidades inmediatas, debía ser asesinado. Lo hicieron y no sucedió ningún milagro. Esto resultó en una hambruna masiva, acompañada por atrocidades y canibalismo. Las personas comían el alimento para el ganado, comían el pasto y se comieron a sus propios hijos. Los creyentes nunca renunciaron a su postura, sencillamente culparon a los escépticos. Entre la inanición y las enfermedades restantes, la población colapso de 105,000 a 26,000. Muchos de los sobrevivientes se vieron obligados a migrar. Ciento cincuenta años de imperialismo no lograron destruir a los Xhosa, pero dos años de fiebre milenarista casi lo logra.

Desde otro continente llega un ejemplo relacionado, Los Puños Rectos y Armoniosos, también conocidos como el Levantamiento de los Bóxers. Se trató de una sociedad secreta religiosa localizada al norte de China quienes creían que una combinación de artes marciales, dieta y oración les otorgarían poder para volar y protección contra balas y espadas. También creían que un ejército de "soldados espirituales" celestiales expulsarían a los extranjeros. Una mala inundación acompañada por condiciones de sequía habían creado tanto dificultad como hambrunas para los granjeros y refugiados y una población desesperada genera buenos conversos. El trasfondo contextual era, por supuesto, el imperialismo británico y la explotación y humillación en aumento de las Guerras del Opio, comercio obligado y la pérdida de Hong Kong.

Los miembros de Los Puños Rectos y Armoniosos (por sus siglas en inglés RHS - Right Harmony Society) fueron capaces de hacer de los chinos cristianos y los misioneros europeos cristianos, su chivo expiatorio para la hambruna. La acusación de los chivos expiatorios culminó en la Masacre de Taiyuan, en la que los bóxers mataron a más de 18,000 chinos cristianos. En junio de 1900, Los Puños Rectos y Armoniosos se congregaron en Beijing para establecer el asedio de las embajadas extranjeras. El asedio del Barrio de las Delegaciones de Pekín resultó en última instancia en la llegada de una fuerza internacional (seis naciones europeas ademas de Rusia y Japón) de más de 20,000 tropas que se hacían llamar la Alianza de las Ocho Naciones, la cual acabó con el asedio, ocupó Beijing y obligó a la corte de la dinastía Qing a realizar las reparaciones correspondientes. Los soldados de la mayoría de las ocho naciones se comportaron de manera abominable, saqueando y violando con el apoyo de sus comandantes; una vez más, fue el pasto el que sufrió.

El punto, para nuestros propósitos, es que los miembros de la RHS no fueron asistidos por "soldados del espíritu", no podían volar y no gozaban de ninguna inmunidad contra las balas. Miles de personas lo querían creer así, pero esa creencia sólo trajo atrocidades inútiles y sus propias muertes.

Los cultos milenaristas surgen con regularidad aun cuando las personas no estén pasando por el estrés del desplazamiento y genocidio. Por ejemplo, los Milleristas creían en la segunda llegada de Cristo y fijaron una fecha en varias ocasiones. Creció al estatus de manía. Las personas dejaron de sembrar sus cosechas, destruyeron sus muebles y regalaron sus bienes de valor. Por desgracia, lo que siguió fue la Gran Desilusión, Cristo no llegó. Los adventistas del séptimo día, sin haber sufrido una decepción suficiente, surgieron de los Milleristas. Ellos creen que la llegada de Cristo es inminente, pero sabiamente se abstienen de definir una fecha. Los testigos de Jehová, otra ramificación de los Milleristas, fijaron una sucesión de fechas: 874, 1878, 1881, 1910, 1914, 1920, 1925 … La Segunda Guerra Mundial fue interpretada como el Armagedón al grado de que las personas postergaron tratamientos dentales viviendo con el dolor, así de fuerte era su creencia en que pronto serían llevados al cielo. Un antiguo miembro escribió, "Hasta el día de hoy, asocio la fragancia de los tréboles [empleados en el tratamiento para el dolor de muelas] con la inminencia del desastre".54

En los 70, la Watchtower, la organización legal de los Testigos de Jehová, comenzó a predecir que 1975 sería el año elegido. Un miembro de una familia de Testigos de Jehová observó a su hermano y su familia regalando sus pertenencias y asustando a sus hijos pequeños con instrucciones para esconderse si escuchaban algún grito. Cuando la segunda llegada no ocurrió, su hermano fue hospitalizado con depresión suicida.55

Leon Festinger y sus colegas Henry W. Riecken y Stanley Schachter, desarrollaron el concepto de "disonancia cognitiva" para explicar el comportamiento de las personas que continúan creyendo en las sectas milenaristas aun después que catástrofe o utopía no hayan llegado a pasar. Su libro, When Prophecies Fail (Cuando las Profecías Fracasan), es un estudio psicológico del culto que surgió alrededor de Marian Ketch, una mujer que aseguraba estar con contacto con alienígenas. Dichos alienígenas predecían un cataclismo global y ofrecían una opción de supervivencia a cambio de fe. Cuando la predicción no ocurrió, los creyentes se aferraron más a su sistema de creencias, práctica común entre creyentes decepcionados. Festinger sugirió la frase "disonancia cognitiva" para explicar este fenómeno. Cuando las personas intentan creer en dos cosas contradictorias, el malestar resultante debe ser resuelto. Mientras se crean con más fuerza, la solución se vuelve más imperativa. La resolución a menudo llega a través del proselitismo activo. Festinger explica:

Este es un proceso psicológico común, y nos haría bien reconocerlo e intervenir en su contra en cuanto empiece a tomar control de nuestras comunidades.

Cuando la peste negra devastó Europa, nadie había visto un microbio. Se les puede perdonar por creer que el día del juicio final se aproximaba. Nosotros no tenemos el mismo pretexto. Conocemos la causa de las extinciones masivas y el cambio climático catastrófico. Sí, estos sistemas son masivos, hegemónicos y están bien armados. Pero a diferencia de la Yersinia pestis, al menos son visibles al ojo desnudo. Esta es probablemente la razón que las tendencias milenaristas de la izquierda no tienden a la explicación, pero a la resolución. Seremos salvados, pero no por la segunda llegada. Fuerzas cósmicas, que a menudo se ligan a la mitología indígena, aparecerán. La Era de Acuario se desvaneció y fue revivida por la Convergencia Armónica en 1987, cuando ocho planetas junto con todos los druidas autoproclamados se alinearon con el calendario maya, presagiando vagamente un nuevo mundo de la profetizada paz, luz y conciencia. Salvo que nada pasó. Continuemos con las tres letras que nunca debemos volver a mencionar: Y2K (año dos mil). Tuve amigos que estuvieron furiosos conmigo por no abastecerme de alimentos y agua. Un mujer al margen de mi red social regaló todas sus pertenencias y su gato, así de confiada estaba en la fatalidad cercana. De nuevo, nada pasó. Pero no teman: una vez más, el final del calendario maya en el 2012 avista el final del mundo.

Hasta ahora, el milenarismo del New Age no ha resultado en más trauma personal que una alacena llena de comidas instantáneas, alimentos militares listos para ser consumidos. Pero en una escala más amplia, el acercamiento espiritual de la cultura alternativa es dañino a nuestro movimiento. En lugar de guiar a las personas para enfrentar la dura realidad de la opresión y la destrucción ambiental y así brindar el apoyo emocional y espiritual para enfrentar una lucha de resistencia, ofrece un rango de eventos y personajes del otro mundo que (¿cómo deus trans machina?) salvarán al planeta.

Un ejemplo de la vida. A mitad de la conversación en una sobremesa perfectamente razonable sobre el calentamiento global, uno de los otros invitados pronunció con franqueza que "seres [¿qué seres?] del Plano Akáshico jamás dejarían que algo así sucediera".

El rotundo silencio se rompió cuando habló un hombre con una barba gris larga, "Yo no quiero salvar a las ballenas". "Es su karma". ¿Le falló una sinapsis? No mencionemos una conciencia.

Otro hombre se unió a la plática con una voz suave y tersa que se supone abala el logro espiritual. "Nuestro destino era ser la conciencia de la Tierra. Esta fue nuestra etapa infantil. Si la raza humana no madura para aclarar sus intenciones, los Seres Sagrados intervendrán".

El primer conversador guió la plática como a un tren descarrilado que se dirigía a un barranco cultural. "¡Así es! ¿Qué no has escuchado de las profecías de los nativos americanos?".

Las creencias milenaristas pueden ser fuerzas destructivas a través de las comunidades, y también pueden desviar a las personas vulnerables hacia callejones sin salida. Afortunadamente, muy pocas personas han escuchado de seres akáshicos. Pero, ¿qué sucedería si los participantes de esa conversación de sobremesa fueran el único contexto que conociera, el único lugar al cual llevar mi desesperanza biofílica? Las historias y mitos de una cultura proveen la matriz de lo posible, y sólo los individuos extraordinarios son capaces de salir del contexto que los rodea.

Hay un último nivel de complicación. Una afirmación de la posesión de una guía divina no puede ser comprobada. Las visiones místicas son ambas, experiencias convincentes e individuales. Estas dos características dejan al ámbito de lo místico tanto potencialmente peligroso para el mismo místico como para las personas en su comunidad. La naturaleza convincente y cualidad suprarreal de las visiones religiosas producen una lealtad incuestionable al visionario, una lealtad que puede brindar un carisma seductor a cualquiera. Y si la fuente de la visión es enfermiza en lugar de un cosmos amistoso, el resultado puede ser desastroso. La naturaleza individual de las visiones significa que la guía recibida no puede ser verificada, sólo experimentada. Pero el hecho de que haya más personas experimentando la misma visión no confirma su veracidad: todo lo que confirma es que el cerebro humano es capaz de producir estados de éxtasis. La manía religiosa es común entre esquizofrénicos, pero la enfermedad mental nunca ha probado ser una base firme para la estrategia política. La visión mística por lo tanto contiene una contradicción en la que las personas deben aplicar una racionalidad a un experiencia que inherentemente no es racional.

Tres ejemplos del mismo movimiento apuntan a ambos, la promesa y peligros del misticismo: John Brown, Nat Turner y Harriet Tubman. Brown fue el líder de la toma del arsenal federal del pueblo Harpers Ferry (actual Virginia Occidental). Él y sus seguidores atacaron el arsenal americano de Harpers Ferry en un intento por armar a las personas esclavizadas e inspirar un levantamiento. Brown creía que Dios le había dicho que emprendiera la toma y que se le otorgaría protección divina. Pero si Dios le prometió protección, le mintió, ya que la toma terminó siendo un desastre. De igual manera Nat Turner, el hombre esclavizado que inspiró la Rebelión de Turner, fue un predicador feroz apodado por sus seguidores "El Profeta". Escuchaba voces, tenía visiones y afirmaba ser la segunda venida de Jesús enviado para terminar la esclavitud. Algunos historiadores piensan que en efecto, sufría de esquizofrenia. Bajo la creencia de que un eclipse solar era un signo de Dios, guió a otros setenta y cinco esclavos a una insurrección que, al igual que la toma de Harpers Ferry, terminó en desastre. Turner fue capturado y ahorcado; y otros 200 negros fueron golpeados, torturados y asesinados por pandillas de blancos. Se pasaron leyes a través del sur que prohibían la educación de tanto los negros esclavizados como de los libres, además de otras reducciones a sus derechos civiles.

En contraposición se encuentra el ejemplo de Harriet Tubman. Tubman recibió una severa lesión en la cabeza en la adolescencia cuando estaba ayudando a un hombre esclavizado a escapar. La lesión le dejó visiones, convulsiones e hipersomnia que durarían toda su vida. Afirmaba que los sueños y visiones venían de Dios. Algunos historiadores sugieren que tuvo epilepsia temporal del lóbulo. Nadie puede argumentar contra su éxito increíble. Pasó once años conduciendo el Ferrocarril Clandestino, llevando a más de 300 personas a la libertad, incluyendo a su padre discapacitado a quien transportó a través de pantanos en una carretilla improvisada hecha a mano. Nunca la descubrieron y jamás perdió un solo pasajero. También fungió de exploradora y espía en la Guerra Civil, lo cual llegó al asalto del Río Combaheed, del cual liberó a 700 personas esclavizadas. Cuando necesitaba orientación, se acostaba y quedaba inconsciente durante diez minutos, proceso que llamaba "consultando con Dios". Sus visiones, aunque resultaron contraintuitivas, nunca se equivocaron.

Nuestros anhelos espirituales juegan un rol y al igual que la fortaleza que una auténtica práctica espiritual puede traer a los movimientos sociales. Incluso puede haber orientación de otras esferas, pero hay que moverse con cuidado: nadie aún ha desarrollado una lista de comprobación para distinguir el misticismo, la desesperanza y la enfermedad mental. Y debemos aprender de la historia. A pesar de todo el sufrimiento del genocidio y la depresión, a través de los siglos no ha habido guerreros espirituales que aparezcan para salvar el día. Entiéndase: N-U-N-C-A. Ninguna indumentaria especial ha detenido a las balas, excepto el kevlar, un obsequio del Pentágono. Creo que todos podemos estar de acuerdo en que ellos no son Seres Sagrados. No importa cuanto oremos no podemos detener la fuerza de la opresión y tampoco hay una dieta especial que otorgue poderes especiales. El único milagro que vamos a generar es el que hagamos nosotros mismos.