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APRENDIENDO DE LA ESTRATEGIA NO-VIOLENTA

Vale la pena observar los principios que guían la no-violencia estratégica. La organización no-violenta efectiva no es un intento pacifista para convencer al estado de que está errando, pero en su lugar es un uso vigoroso y agresivo de la fuerza que utiliza un subconjunto de tácticas diferentes de aquellas empleadas en las prácticas militares.

Gene Sharp lo pudo reconocer y Peter Ackerman y Christopher Kruegler siguieron la tradición estratégica de Sharp en su libro Strategic Nonviolent Conflict: The Dynamics of People Power in the Twentieth Century (Conflicto No-Violento Estratégico: Las Dinámicas de las Personas en el Poder en el Siglo XX. Entienden que no hay línea divisoria entre tácticas "violentas" y "no-violentas", pero en su lugar hay un continuo de acciones. Además también entienden la necesidad de tener flexibilidad táctica; apegarse a sólo una táctica, tal como las demostraciones en masa, les da a aquellos en el poder una oportunidad de anticipar y neutralizar esa estrategia de resistencia. En términos de estrategia, argumentan "que la mayoría de los conflictos no-violentos en masa a la fecha han sido en su mayor parte improvisados" y podrían beneficiarse mucho de tener una mejor preparación y planeación.5 Yo argumentaría que lo mismo aplica a cualquier movimiento de resistencia, sin importar las tácticas particulares que empleen.

Después de examinar la historia de la estrategia de la resistencia no-violenta durante el Siglo XX, Ackerman y Kruegler nos ofrecen doce principios estratégicos "diseñados para atender los factores más importantes que contribuyen al éxito o fracaso" en los movimientos de resistencia no violenta. Ellos clasifican estos principios de desarrollo, principios de compromiso y principios de percepción.

Los principios de desarrollo son los siguientes:

Formular objetivos funcionales. Claramente, el primer principio es importante en todos los movimientos de resistencia que empleen cualquier táctica. "Toda estrategia competente se deriva de los objetivas que hayan sido cuidadosamente seleccionados, definidos y entendidos.Aun así, es sorprendente ver cuántos grupos en oposición fallan en articular sus objetivos en algo más que términos abstractos".6

Ackerman y Kruegler también nos dicen que "la mayoría de las personas luchan y se sacrifican únicamente cuando los objetivos son lo suficientemente concretos para mostrar que de manera razonable son alcanzables". De tal manera, si la última meta estratégica es algo que requerirá de un esfuerzo prolongado y constante, la estrategia debe estar subdividida en múltiples objetivos intermedios. Estos objetivos ayudarán al movimiento de resistencia a evaluar su propio éxito, incrementará el apoyo y alzará la moral, al mismo tiempo mantendrá al movimiento en curso en términos de la estrategia general. Esto resulta ser especialmente importante cuando la estructura dominante de poder ha estado en control durante mucho tiempo (en contraste con una invasión reciente). "La tendencia de ver al poder dominante con un fuerza omnipotente puede menoscabarse de la mejor manera con un flujo constante de logros concretos y modestos".7 Esto resulta ser especialmente relevente para los gurpos que tienen objetivos muy grandes y ambiciosos, como la abolición del capitalismo, acabar con el racismo o derrocar la civilización.

Desarrollo de la fuerza organizativa. Ackerman y Kruegler escribieron que "para crear nuevos grupos o transformar los grupos e instituciones preexistentes en organizaciones de contraataque eficientes" es la tarea clave para los estrategas.8 También hace notar que el "cuerpo operativo", al que hemos estado llamando cadres, tiene que organizarse a sí mismo de manera efectiva para lidiar con amenazas a la fuerza organizativa, específicamente con "oportunistas, aprovechados, colaboradores, entusiastas torpes que interfieran con la estrategia dominante y los conciliadores pacifistas que presionen acomodarse en una resignación prematura".9 Estas amenazas dañan a la moral y menoscaban la efectividad de la estrategia.

Acceso seguro a recursos materiales críticos. Identifican dos razones principales para establecer sistemas logísticos efectivos: para la supervivencia física y de las operaciones de la resistencia y para permitir que el movimiento de resistencia se pueda disociar a sí mismo de la cultura dominante para que las operaciones de oposición puedan llevarse a cabo. "Se debe de pensar mucho durante la primera etapa para poder controlar las reservas suficientes de materiales esenciales para poder visualizar una conclusión exitosa de la lucha. Mientras los bienes y servicios básicos sean empleados principalmente en esfuerzos de defensa, los otros recursos como infraestructura de comunicaciones y equipo de transporte constituyen los pilares de las operaciones ofensivas".10 En particular, sugieren almacenar equipo de comunicaciones.

Desarrollar apoyo externo. Los beneficios de desarrollar el apoyo externo y relaciones con aliados debe estar claro. Combatir un enemigo con poder global requiere cuanto aliados y solidaridad posibles que la resistencia pueda acopiar.

Expandir el repertorio de sanciones. El quinto principio es clave porque es fácilmente transferible. Al decir "expandir el repertorio de sanciones" sencillamente quieren decir que se expanda la diversidad de tácticas que el movimiento es capaz de llevar a cabo con efectividad. También fomentan que los estrategas evalúen el riesgo contra beneficio de las variadas tácticas. "Algunas sanciones pueden ser menos costosas al llevarlas a cabo o pueden operar con un riesgo muy bajo. Desafortunadamente, dichas sanciones también tienen un bajo impacto correspondiente. Un minuto de silencio en el trabajo para imaginar el resultado es una verificación de este punto. Otras sanciones son de gran diseño, costosas y repletas de riesgos. También tienen un mayor impacto".11

El segundo grupo de principios consiste de los principios de compromiso.

Atacar la estrategia de consolidación de control del oponente. Este punto está específicamente destinado a los movimientos masivos, pero en esencia, los autores buscan reducir la estructura de control de aquellos en el poder para lograr una subversión y para asegurar que cualquier represión o coersión que aquellos en el poder intenten llevar a cabo sea difícil y costosa por efectos de la resistencia.

Silenciar el impacto de las armas violentas del oponente. "Los cuerpos operativos [o cadres] no pueden prevenir que el adversario despliegue y utilice métodos violentos, pero puede implementar un gran número de iniciativas para silenciar su impacto. Podemos ver que hay varias maneras de hacer esto: salirse del paso de los daños, quitarle el escozor a los agentes de violencia, inhabilitar las armas, preparar a las personas para los peores efectos de la violencia y reducir la importancia estratégica de lo que se pueda perder por la violencia."12 Estas opciones, la movilidad, el uso de información para llevar a término las maniobras, etcétera, son acercamientos básicos de la resistencia a cualquier ataque de aquellos en el poder y no está limitado exclusivamente a los activistas no-violentos.

Enajenar a los oponentes de sus de las bases de apoyo anticipadas. Ackerman y Kruelger sugieren utilizar el "jiujitsu político" para que las acciones violentas de aquellos en el poder sean usadas para erosionar el apoyo que reciban. Por supuesto, podríamos extender esto a un perjuicio generalizado a todos los tipos de apoyo de las estructuras de las que dependen aquellos en el poder, por ejemplo las estructuras sociales, políticas, infraestructura, etcétera.

Mantener la disciplina de la no-violencia. De manera interesante, la palabra clave en su discusión no parece ser la "no-violencia", pero "disciplina". "Mantener la disciplina no-violenta no es una decisión arbitraria ni moralista, sino que desarrolla el conducto de la estrategia".13 La comparan con los soldados que sólo disparan cuando se les ordena. Sin importar de las tácticas que empleen, resulta evidente que sólo deben usarse cuando sean apropiadas dentro de la estrategia mayor.

Su tercer y último grupo son los principios de percepción.

Evalúe los eventos y opciones en vista de los niveles de toma de decisiones estratégicas.. La planeación debe llevarse a cabo en base al contexto y panorama general para identificar la estrategia y tácticas a usar. A menudo, como ya hemos discutido, esto sencillamente no se lleva a cabo. El fracaso por idear un plan operativo a largo plazo con pasos claros imposibilita la medición del éxito. "La falta de persistencia, una causa mayor del fracaso en conflictos no violentos, a menudo es el producto de una perspectiva a corto plazo".14

Ajustar las operaciones ofensivas y defensivas de acuerdo a las vulnerabilidades relativas del protagonista. Los estrategas necesitan analizar y reaccionar fluidamente a las situaciones tácticas y estratégicas cambiantes para poder modificar las posturas ofensivas o defensivas de acuerdo a lo más apropiado.

Mantener la continuidad entre las sanciones, mecanismos y objetivos. Debe haber una continuación sensible desde los objetivos a la estrategia hasta las tácticas empleadas.

Este principio claramente tiene elementos que resultan menos adecuados para derrocar la civilización. Por razones que ya hemos discutido, una falta de números siendo la principal, una estrategia estricta de no-violencia no va a tener éxito para detener esta cultura de asesinar al planeta. Y hay muchos puntos donde estoy en desacuerdo con Ackerman y Kruegler. Pero no sostienen una postura dogmática en su acercamiento; visualizan el so de la no-violencia (en la que incluyen al sabotaje) como una medida táctica y estratégica en lugar de ser puramente moral o espiritual. Lo que yo he tomado de sus principios, y lo que yo esperaría que tú tomaras por igual, es que la estrategia efectiva se guía por los mismos principios generales sin importar de las tácticas particulares que emplee. Ambas requieren de un uso agresivo de una ofensiva bien organizada y planeada. La estrategia cambiará inevitablemente, dependiendo del subconjunto de tácticas que sean relevantes y estén disponibles; una estrategia que no emplee las tácticas violentas sencillamente es un tipo de ejemplo. La principal diferencia estratégica entre las fuerzas de resistencia y las fuerzas militares de la historia no es que las fuerzas militares emplearan violencia y las fuerzas de resistencia no, pero que los oficiales militares estaban entrenados para desarrollar una estrategia efectiva, mientras que las fuerzas de la resistencia a menudo se tropezaban por tener un objetivo definido deficientemente.