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2. Deep Green Resistance adopta la necesidad de la lucha política.

DGR no es un movimiento liberal. La opresión no es un error y modificar el corazón y mente de algunos individuos no es una estrategia viable. La lucha política debe suceder a cada nivel y en cada arena si es que vamos a prevenir los peores desastres ecológicos y crear una cultura digna. Por lucha política quiero decir en especial cambio institucional, ya sea a través de la reforma o su reemplazo o ambos. Las instituciones son las que moldean esos corazones y mentes. Un proyecto de cambio individual tomará demasiado tiempo, si es que llegara a funcionar. El individuo nunca ha sido el objetivo de ningún movimiento de liberación por la sencilla razón de que no es una estrategia viable, algo que hemos explicado en capítulos anteriores.

La lucha contra la injusticia nunca es fácil. La historia nos dice que el peso del poder caerá sobre cualquier resistencia potencial, el peso de la violencia y sadismo diseñado para aplastar a los valientes y a quien pueda considerar unirse a ellos. Esto es lo que los hombres abusivos hacen al momento en que las mujeres bajo su control contraatacan. Es lo que los dueños de esclavos hacen con los esclavos. Es lo que los ejércitos imperiales hacen para someter a sus colonizados y lo que los civilizados han hecho a lo indígenas. El hecho de que habrá una represalia no es una razón para darse por vencidos antes de empezar. Es una realidad a ser reconocida si queremos prepararnos para afrontarla.

La necesidad de una lucha política significa particularmente confrontar y contradecir a aquellos en la izquierda que critican de fútil a la resistencia. Dichas personas no tienen lugar en un movimiento de justicia. Para los accionistas que decidan trabajar en el movimiento expuesto, esta confrontación con detractores (y algunos de estos detractores rechazan cualquier idea de resistencia) es una de las acciones pequeñas y constantes que puedes adoptar. Defiende la posibilidad de una resistencia, insiste en el imperativo moral de luchar por el planeta y apoya las acciones directas que vayan en contra de los perpetradores. A pesar de las ideologías que la izquierda ha adoptado en la actualidad, no somos todos igualmente responsables. Existen pocas corporaciones que han transformado al planeta en una comodidad muerta para lograr riquezas privadas mientras destruye culturas humanas a su paso.

Como ya hemos dicho, sus infraestructuras, tanto política, económica y física, son para efectos prácticos inmensamente vulnerables. Quizás el estándar de oro para la resistencia contra la civilización industrial sea MEND, el Movimiento de Emancipación del Delta del Niger. La industria petrolera ha amasado literalmente cientos de miles de millones de dólares tomando el petróleo de Nigeria. Actualmente, el país recibe 3 mil millones de dólares del petróleo cada mes, lo cual corresponde al 40$ de su PIB.3 El Delta del Niger es el humedal más grande del mundo, pero ahora podría considerarse un charco de petróleo. Los indígenas eran capaces de sostenerse a sí mismos a través de la pesca y horticultura. Pero eso ya no es posible. Están cubiertos hasta las rodillas de desperdicios industriales. La población de peces ha sido "diezmada" y ahora la gente está enferma y muere de hambre.4 La resistencia original, MOSOP, fue liderada por el activista y poeta Ken Saro-Wiwa. Su campaña de no violencia iba en contra de Royal Dutch, Shell y el regimen militar. Saro-Wiwa junto con otras ocho personas fueron ejecutados por el gobierno militar, a pesar de la protesta internacional y a pesar de su no violencia.

MEND es la segunda generación de resistencia. Llevan a cabo ataques directos contra trabajadores, puentes, oficinas regionales, almacenes de depósito, plataformas y oleoductos apoyándose con navíos. Han reducido la producción petrolera de Nigeria dramáticamente en un tercio.5 En un sólo ataque, fueron capaces de detener el 10% de la producción del país. El 22 de diciembre de 2010, MEND clausuró temporalmente tres de las cuatro refinerías petroleras del país al dañar oleoductos e instalaciones.6 Su táctica principal consiste en el uso de lanchas para ataques sorpresa simultáneos contra muchos objetivos buscando la meta de interrumpir el sistema de producción por completo.

De acuerdo con Nnamdi K. Obasi, analista principal del oeste de África en el Grupo Internacional de Crisis, "MEND parece estar liderado por hombres más ilustres y sofisticados que la mayoría de los grupos que les precedieron".7 Tienen educación universitaria y han estudiado otros movimientos militantes. Su entrenamiento para el combate era tal que luchaban y ganaban en en escaramuzas contra ambos, los militares privados de Shell y la unidades de élite de Nigeria. También lograron una "amplia simpatía entre la comunidad del Delta del Niger".8 Esta simpatía les ha permitido mantener la seguridad y protección de sus combatientes ya que la población local no los a entregado a las autoridades. Estos no son matones armados, pero sí son una resistencia auténtica. Y sus números apenas alcanzan los cientos.

Hay que entender algo: unos cientos de personas, con buen entrenamiento y organización han reducido la producción de petróleo de Nigeria por un tercio. MEND ha dicho, "Debe quedar claro que el gobierno nigeriano no puede proteger a sus trabajadores o sus bienes. Abandonen nuestra tierra mientras puedan o morirán en ella. Nuestro objetivo reside en la destrucción absoluta de la capacidad del gobierno de Nigeria para exportar petróleo".9 Puedo garantizar que el 98% de las personas que leen este libro tienen más recursos individuales que todo el grupo de MEND cuando empezaron. La resistencia no es sólo teóricamente posible. Ya está sucediendo. La única pregunta es, ¿vamos a unirnos?