Saltar al contenido
Índice
Descargar el ebook de DGR Descargar
Comprar el libro DGR Comprar
Aprenda Más
Involúcrate
Conectarse con DGR

Capítulo 9

Toma de Decisiones

por Aric McBay

Dada la misma cantidad de inteligencia, la timidez será mil veces más dañina que la audacia.

—Carl von Clausewitz, estratega

Al igual que los grupos del movimiento expuesto y clandestino encuentran distintas maneras para estructurarse, también tienen diferentes manera de operar. La manera en que un grupo tome sus decisiones es crucial y determina cómo el grupo logrará casi todo lo demás.

Hay un continuo entre los distintos métodos para la toma de decisiones, que van desde el modelo del consenso participativo hasta la jerarquía militar. Los métodos más participativos están profundamente arraigados en aquellos de nosotros que tienen antecedentes progresistas. Y se debe a una buena razón; los métodos participativos pueden incluir con efectividad a personas con diferentes antecedentes dentro del movimiento social y pueden ayudar a desbancar los desequilibrios del poder como con el sexismo. Pero, a pesar de su atractivo, el modelo del consenso (al cual todos deben acordar antes de aceptar una decisión) no es apropiado para todos los tipos de resistencia.

Los métodos de toma de decisiones más autoritarios, ya sea en las jerarquías de las corporaciones o el ejército, son comunes por una sola razón: logran sus objetivos. Las jerarquías pueden permitir abusos de poder, pero son muy efectivas para lograr que ciertas tareas se lleven a cabo. Y si buscamos ser efectivos con la resistencia, debemos decidir lo que queremos lograr y elegir un método de toma de decisiones adecuado para el trabajo.

Imagina un grupo de personas organizándose para detener la construcción de una nueva mina de uranio. Necesitan compartir sus ideas sobre cómo organizarse efectivamente, necesitan involucrar y movilizar a muchas personas de diferentes antecedentes y necesitan desarrollar un grupo cohesivo para que puedan mantenerse juntos ante la cara de la oposición. Los modelos participativos como el consenso pueden ser exitosos en este tipo de situación porque se aseguran de que todos se involucren, utilizan la sabiduría comunal del grupo y construyen un proyecto del que todos se sienten parte.1 Pero imagina un grupo francés de maquis en una misión de sabotaje intentando implementar los mismos métodos. Si el SS se presentara a mitad del trabajo, ¿puedes imaginar que nuestros libertadores se pongan a votar para decidir cómo actuar? ¿Puedes imaginar que Pierre esté postergando la decisión de responder al fuego porque Juliet olvidó por equivocación agregarlo a la lista participativa de hablantes? Las juntas inclusivas pero dispersas son tolerables cuando los riesgos son bajos, pero las discusiones prolongadas no tienen lugar en circunstancias inmediatas entre la vida y la muerte.

Las cuestiones clave son la información y los plazos. Los grupos de resistencia clandestinos deben mantener sus secretos y tomar decisiones rápidas en emergencias. En los sistemas más autoritarios, sólo una persona necesita tener toda la información para tomar una decisión y no necesita discutir la cuestión con nadie más. De esa manera la información no se dispersará y la decisión puede tomarse rápidamente. En los sistemas más participativos, todos en el grupo tienen acceso a toda la información relevante y necesitan tomarse el tiempo para considerarla profundamente y discutirla entre ellos para que todos estén de acuerdo en los detalles. Esto dificulta la necesidad por mantener los secretos y hace que sea casi imposible tomar decisiones difíciles rápidamente. Además, una vez que el grupo haya sobrepasado un tamaño específico, las discusiones colectivas se vuelven imprácticas.

Afortunadamente no debemos usar un solo acercamiento para cada circunstancia. Existe un espectro de opciones disponibles, las cuales todas han sido empleadas por movimientos exitosos de resistencia bajo circunstancias diferentes.

Una estructura de rangos permanente es un sistema básico al estilo militar para la toma de decisiones. Existe una jerarquía organizada con ascensos ordenados y una cadena de comando reconocida por todos. Las organizaciones militares y paramilitares usan este acercamiento porque se mantienen unidos incluso bajo circunstancias extremas. Virtualmente, en cada situación, existe una persona que claramente está a cargo y es responsable de tomar las decisiones que aseguren que un grupo pueda mantener la efectividad cuando no hay tiempo para la discusión. Los contratiempos son obvios. Abusos de poder, el fortalecimiento de las jerarquías existentes y un conjunto reducido de pensadores son los fracasos potenciales contra los que una jerarquía debe trabajar.

Las jerarquías pueden dimensionarse a cualquier tamaño, mientras se asegure que cada miembro del grupo esté lo más cercano posible con el comando. Esto no es posible con modelos como el consenso, el cual no es dimensionable ni funcional en caso de emergencia. La lección clave reside en que ciertos tipos de resistencia, como la resistencia armada, sólo funcionan cuando hay una jerarquía en posición. Esta es una lección que ha sido demostrada por los grupos del Congreso Nacional Africano hasta el Ejército Irlandés Republicano. Si una persona no puede tomar decisiones difíciles rápidamente en una emergencia, entonces habrá personas asesinadas. Es una lección incómoda para las personas que luchan contra la jerarquía y la desigualdad, pero el punto en última instancia está en que las personas elijen la resistencia en la que deciden participar. Si no puedes tolerar la cadena de comando, elije un grupo diferente. Sólo recuerda que algunas vías de resistencia sólo están abiertas a algunos tipos particulares de grupos.

Una estructura de rangos dinámica es una jerarquía diferenciable porque la jerarquía no es permanente. Así que cuando un grupo en efecto está llevando a cabo una acción de emergencia, una persona puede estar a cargo de decidir las órdenes. El resto del tiempo, otra persona puede estar a cargo o el grupo puede operar en una base más participativa. Este acercamiento ofrece un compromiso entre la opción más rígida descrita más arriba y las opciones participativas de abajo.

Algunos piratas de la historia han seguido un modelo similar; sus "capitanes" eran elegidos por la tripulación y estaban completamente a cargo durante la batalla. Día a día las operaciones se coordinaban por el intendente. Y si la tripulación estaba insatisfecha con cualquier persona, podían congregarse para una votación y reemplazarla, pero sólo en caso de que el barco no estuviera a mitad de una batalla.

Una estructura de rangos dinámica puede ser dimensionada a casi cualquier escala, justo como las estructuras de rango permanentes. El acuerdo está en que el modelo sea útil para lidiar con emergencias, no resulta ser necesariamente efectivo al momento de construir redes grandes de comando y comunicaciones, porque los "líderes" pueden cambiar. También resulta difícil mantener la información ajustada al principio de "necesito saberlo para decidir" si las personas que requieren del conocimiento continúan cambiando.

Un sistema del tipo donde la mayoría gobierna es una buena manera de tomar decisiones "democráticamente" en grupos que no tienen tiempo para entablar discusiones extendidas, o que son demasiado grandes o heterogéneas para usar el modelo del consenso. Casi todos estamos familiarizados con este modelo, así que resulta fácil de implementar. El problema, por supuesto, radica en que para un sistema donde la mayoría gobierna, todos deben poseer el suficiente conocimiento y experiencia sobre la cuestión a la mano para así poder tomar una buena decisión. Este acercamiento puede ser muy sólido para los grupos de afinidades, pero es mucho menos funcional dentro de las redes clandestinas. También resulta ser demasiado tardado durante las emergencias.

Bajo el modelo del consenso, cada miembro de un grupo debe estar de acuerdo antes de que se implemente una decisión. (Algunas personas pueden elegir no participar, y existen las variaciones, pero esa es la esencia del modelo.) Esta es una manera excelente de asegurarse de que todos estén incluidos en una decisión y dentro de la discusión; y es una gran manera para abrirse a todas las perspectivas posibles. También toma tiempo, a veces uno muy largo, poder discutir todos los puntos de una cuestión y así llegar a la decisión. Mientras haya más personas en un grupo, y mientras haya más perspectivas variadas, será más difícil construir el consenso. Además, el consenso requiere de que todos los involucrados tengan acceso a toda la información disponible. Estos factores significan que el consenso como modelo se adecua muy mal al trabajo serio del movimiento clandestino; sencillamente no funciona en las emergencias.

Estos métodos no son ni buenos ni malos; simplemente se adecuan mejor a diferentes situaciones. Y a veces el mismo grupo puede usar múltiples métodos a distintos tiempos. Inclusive un grupo clandestino puede usar el consenso o la votación para tomar ciertas decisiones generales sobre sus metas y estrategias. Pueden designar a una persona para tomar las decisiones tácticas durante una emergencia. Todos estos modelos tienen un lugar dentro de la resistencia; la habilidad reside en comprender dónde y cuándo es su lugar.