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Una cultura de resistencia también requiere de la habilidad para el pensamiento a largo plazo. Una investigación sobre los estudiantes activistas del Movimiento Berkeley para la Libre Expresión, entrevistó a los cinco años a los participantes de las sentadas. Muchos de ellos sentían que el movimiento, y por lo tanto la acción política, era infructuoso.54 ¿Cinco años? Prueben dentro de cinco generaciones. Los movimientos para el cambio social serio toman mucho tiempo. Pero un movimiento de la juventud nunca estará relacionado con las generaciones.

Contrasta la actitud de los ex-protestantes (mayormente blancos) con la historia de los porteros Pullman, los hombres negros que trabajaron como ayudantes en los vagones para dormir del ferrocarril. Los porteros eran el lazo generacional y político entre la esclavitud y el movimiento por los derechos civiles, acumulación de ingresos, respeto personal y experiencia política que necesitarían para llevar a cabo la guerra pospuesta para finalizar la segregación. Los primeros porteros Pullman habían sido hombres esclavizados. George Pullman los contrató porque eran personas que, trágicamente, podían comportarse como sirvientes lo suficientemente sumisos para hacer felices a los pasajeros. (Cuando Pullman intentó contratar los jóvenes negros para trabajar durante el verano de porteros, a menudo los resultados eran desastrosos.) Aún así los trabajos ofrecían dos cosas a cambio de la sumisión: estabilidad económica (a pesar de las jornadas repugnantemente largas) y una visión más extensa. El historiador Larry Tye escribe:

Los porteros sabían que en sus propias vidas ellos podrían llegar hasta cierto nivel. Pero sus hijos fueron criados para continuar hacia adelante con la lucha. La lista de luminarias negras con porteros Pullman en la familia era impresionante, de John O’Bryant (El primer alcalde negro de San Francisco) a Florynce Kennedy hasta Justice Thurgood Marshall. El abogado por los derechos civiles, Elaine Jones, cuyo padre trabajó como portero para poner a sus tres hijos en universidades prestigiosas, ha dicho esto: "Todo lo que se esperaba en cambio era que tuviéramos un deber para ser exitosos y retribuir. Mi papá decía: 'Hago esto para que puedan cambiar las cosas'. Él ganó a través de nosotros".56

Una razón por la que la lucha de los derechos civiles fue exitosa era la fuerte relación entre las generaciones, una determinación inquebrantable, carácter y valor que mantuvieron el empuje del vovimiento conforme acumulaba la sabiduría económica.

El regalo de la juventud es su idealismo y valor. Ese valor puede virar hacia la imprudencia dada la inhabilidad del cerebro juvenil de prever las consecuencias, pero el valor de la juventud ha sido un fuerza primaria en los movimientos sociales a través de la historia. Por ejemplo, Sylvia Pankhurst describe lo que pasó cuando la organización sufragista Unión Social y Política de Mujeres adoptó la táctica de los incendios intencionados:

En julio de 1912 lo incendios intencionados secretos fueron organizados bajo la dirección de Christabel Pankhurst. Una vez que la política estuvo completamente establecida, algunos oficiales de la unión tuvieron la tarea principal de aconsejar a los incendiarios y proveer del material inflamable, herramientas domésticas y otros suministros que pudieran ser requeridos. Una mujer de apariencia extremadamente femenina iba caminando en Londres, visitando militantes en todo tipo de lugares públicos e inesperados para organizar expediciones peligrosas. Mujeres, en su mayoría muy jóvenes, trabajaron durante toda la noche a través de un país desconocido, llevando maletas pesadas con petróleo y parafina. A veces fracasaban, a veces tenían éxito al incendiar un edificio deshabitado (mucho mejor si se trataba de una residencia notable) o iglesia o algún lugar de interés histórico57 (énfasis añadido).

Agrega a esto que realizaban estas actividades, incluyendo la escalada de edificios, trepar bardas y correr de la policía, bajo las dificultades de cargar varias libras de tela mientras vestían corsets. Es una abrumadora realidad que la juventud es la que está dispuesta, y tiene la capacidad, de sobrellevar este tipo de riesgos físicos.

Un gran ejemplo de las relaciones funcionales entre la juventud y los mayores es visible en la pleícula Kanehsatake: 270 Años de Resistencia.58 La película documenta la crisis de Oka (mencionada en Capítulo 6), en la cual los Mohawk protegieron sus cementerios de ser transformados en un campo de golf. El conflicto escaló conforme los defensores construyeron barricadas en las carreteras y la policía local fue reemplazada con el ejército. Alanis Obomsawin estuvo detrás de las barricadas, así que su film no es una recreación ficticia, pero imágenes reales de los eventos. Cabe notar aquí el número de veces que capturó a los ancianos (con sus cortezas prefrontales en completa función) interviniendo entre la juventud y los problemas, diciéndoles que se calmaran y retiraran. Sin los guerreros, el bloqueo nunca hubiera pasado; sin los ancianos, es muy probable que hubiera terminado en masacre.

El fervor de la juventud e intolerancia ante la hipocresía con frecuencia resulta en pensamientos absolutistas y en la demarcación severa de territorios, pero los movimientos serios necesitan del suministro constante de idealismo que la juventud provee. La tarea psicológica de la edad media es recordar que el idealismo ayuda como una protección contra el desgaste ocasionado por la decepción. La adultez conlleva responsabilidad que los jóvenes no pueden entender siempre. Tener hijos, por ejemplo, limitará seriamente tu activismo. Los padres en estado de envejecimiento que requieren cuidado y apoyo no pueden ser abandonados. Y también están las necesidades básicas de supervivencia del activista incluyendo vivienda, alimentos y cuidados médicos. Los adultos mayores necesitan a los jóvenes para traer idealismo y valor al movimiento.

El movimiento para el sufragio de la mujer empezó con una generación de mujeres que amablemente así lo solicitaron. En una era cuando las mujeres no tenían derecho a pedir nada, hicieron lo mejor que pudieron. La lucha, como la de los porteros Pullman y el movimiento por los derechos civiles, fue entregada a la siguiente generación. Emmeline Pankhurst recuerda haber pasado su juventud recaudando fondos para ayudar a los negros recientemente liberados en los EU, atendiendo la primer junta para el sufragio de la mujer a la edad de catorce y acostándose para dormir después de leer "La cabaña del tío Tom". Ella escribió:

Emmeline se casó con el Dr. Richard Pankhurst, quien redactó la primer acta para el sufragio de la mujer y el Acta de la Propiedad de las Mujeres Casadas, la cual, cuando fue aprobada en 1882, concedió a las mujeres el control sobre sus propios salarios y propiedad. Hasta entonces, las mujeres no eran dueñas ni de la ropa que usaban, eran propiedad de los hombres. (La próxima vez que compres tu propia playera con tu propio dinero, recuerda agradecérselo a todos los Pankhursts, adultas y jóvenes.) Las hijas de Emmeline y Richard, Sylvia y Christabel, fueron la tercer generación de Pankhursts nacidas en el seno del activismo. En una mayor parte la infusión de idealismo juvenil y coraje impulsó la batalla por el sufragio de la mujer. Emmeline escribió:

Emmeline crió a sus hijas en una cultura seria de resistencia. Como estratega, sabiamente entendió que el momento era el adecuado para que la juventud empujara el movimiento hacia nuevas tácticas. Por lo tanto se formó la Unión. "Nos decidimos a ... estar satisfechas únicamente con nuestras acciones sobre la cuestión. 'Hechos, no Palabras', se volvió nuestro lema permanente".61 Esos hechos irían desde acosar a oficiales de gobierno, la desobediencia civil, huelgas de hambre e incendios premeditados. También serían exitosos.

En pocas ocasiones resulta tranquila la transición de una generación a la siguiente junto con el incremento en las tácticas de confrontación. Los activistas mayores intentarán obstruir a los jóvenes, lo cual a menudo divide los movimientos. Cuando la Unión adoptó una mayor militancia, las mujeres que habían sido parte crucial de su fundación tuvieron que abandonar la organización. Emmeline Pethick-Lawrence escribió:

Conocimos a la Señora Pankhurst cuando se nos anunció que ella y Christabel habían determinado un nuevo tipo de campaña. A partir de ese momento, dijo que habría un ataque sobre la propiedad pública y privada, llevada en secreto por las sufragistas que no se ofrecieran para ser arrestadas, pero donde fuera posible ellas escaparían. Ya que nuestras mentes se habían estado moviendo en una dirección completamente diferente, este proyecto nos cayó como un choque a las dos. Lo consideramos como meramente una locura ... Aunque habíamos estado junto con la Sr. Pankhurst en su objetivo para la emancipación política de la mujer, y durante seis años habíamos seguido el mismo camino, siempre había habido una diferencia subyacente entre nosotras que nunca salió a la superficie, principalmente porque teníamos una fuerte unión de mente y propósito ... primera vez nos encontramos entre nosotras en algo que parecía ser una riña familiar62.

Estos son los momentos dolorosos dentro de las organizaciones y a través de los movimientos. Pero resulta inevitable. El patrón general es uno del cual debemos estar conscientes para que podamos trabajar con él en lugar de luchar contra él. Es probable que esta transición esté ligada con los temas éticos de la no-violencia. Como con esas discrepancias, debemos encontrar una manera para construir un movimiento serio a pesar de nuestras propias diferencias.

La construcción de movimientos radicales se ha vuelto más difícil desde la creación de la cultura de la juventud. Romper los lazos naturales (¿podría haber un lazo más profundo que el intergeneracional entre madre e hijo?) entre la juventud y los mayores significa que la sabiduría política nunca se acumula. También significa que los jóvenes nunca son socializados en una cultura verdadera de resistencia. Los valores de una cultura juvenil, una postura adolescente que rechaza todas las limitaciones, previene a ambas, la "cultura" y la "resistencia" de realmente desarrollarse. Ninguna cultura puede existir sin normas comunitarias basadas en la responsabilidad del uno con el otro y algunas formas aceptadas para enforzar esas normas. Y la "resistencia" jamás será más que unas ventanas vandalizadas, los frutos fáciles para una estrategia adolescente de elevada intensidad emocional.

Actualmente hay personas jóvenes envalentonadas por una temeridad desesperada, listos para adoptar la militancia. Recibo notas de ellos todo el tiempo; cada una tanto revive como agota mi esperanza. Porque, aunque arden por la acción, no tienen guía ni apoyo. Esta el es la profunda ironía de la historia: las contraculturas de los románticos, los Wandervogel, los hippies, creados por la juventud, han varado nuestra juventud.