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ESTRUCTURAS BÁSICAS ORGANIZATIVAS

Tanto con el activismo del movimiento expuesto como con el del movimiento clandestino hay muchos modelos básicos para las estructuras organizativas. Estas estructuras han sido adoptadas por cada grupo de resistencia en la historia, aunque no todos los grupos han elegido el mejor acercamiento para su situación y objetivos. Es importante entender los pros y los contras y las capacidades que encontramos a través del umbral de las diferentes organizaciones que conforman los movimientos de resistencia efectivos.

La "unidad" más sencilla de resistencia es la individual. Los individuos están sumamente limitados en sus actividades de resistencia. Los individuos del movimiento expuesto (Figura 8-1b) usualmente se limitan a las acciones personales como las alteraciones a la dieta, el consumo material o espiritual, el cual, como hemos dicho, no está a la altura del problema. Es cierto que los activistas individuales del movimiento expuesto pueden generar en ocasiones grandes cambios, pero generalmente operan al enfrentar a otras personas o instituciones. Los individuos del movimiento clandestino (Figura 8-1a) podrían preocuparse menos por la seguridad, en cuanto a que no tienen a nadie que los pueda traicionar y revelar sus secretos en una interrogación; pero tampoco tienen a nadie que les cuide la espalda. Los individuos del movimiento clandestino también están limitados en sus acciones, aunque puedan participar en sabotajes (e incluso asesinatos, como con el intento de asesinato de Hitler de Georg Elser).

Puede suceder que las acciones individuales no califiquen como si fueran de la resistencia. Julian Jackson escribió al respecto en su importante libro de la ocupación alemana de Francia: "La resistencia se mantuvo cada vez más por la hostilidad de la gran mayoría de la población contra la Ocupación, pero no todas las acciones de hostilidad individual pueden caracterizarse de resistencia, aunque sí sean una necesidad previa para lograrla". Se debe de marcar una distinción entre disidencia y resistencia". Resulta crucial que nosotros también hagamos esta distinción. Jackson continúa diciendo que "Los trabajadores que abandonaron el trabajo compulsivo o los judíos que escaparan de las redadas, o los campesinos que retuvieron su producción evitando su consumo por parte de los alemanes, estaban trasgrediendo la ley, y sus acciones eran subversivas contra la autoridad. Pero no formaron una resistencia de la misma manera que aquellos que se organizaron para que los judíos escaparan de las labores forzadas. Bajo una base individualista, las impugnaciones o desobediencia de la ley no eran equivalentes a la acción de desafiar la autoridad que escribe esas leyes."1

Figura 8-1

Por supuesto, se expanden mucho las opciones que uno puede tener para generar una resistencia cuando se trabaja dentro de un grupo.

La unidad básica organizativa es el grupo de afinidad. Un grupo menor a una docena de personas representa un buen balance entre los grupos que son demasiado grandes para ser socialmente funcionales y aquellos demasiado pequeños para llevar a cabo las tareas importantes. El grupo de afinidad del activista encontrará un espejo en la célula clandestina y en el escuadrón militar. Los grupos de este tamaño son lo suficientemente pequeños para implementar un proceso de toma de decisiones participativo o en el caso de ser un grupo jerárquico, para que las órdenes sean transmitidas de manera rápida y fácil.

El grupo de afinidad clandestino (Figura 8-2a que se muestra aquí con un líder diferente) tiene muchos beneficios para los miembros. Los miembros se pueden especializar en diferentes áreas de experiencia, hacer acopio de sus esfuerzos, trabajar en conjunto hacia las metas compartidas y cuidarse la espalda los unos a los otros. El grupo también puede ofrecer apoyo social y emocional, el cual será necesitado por las personas que trabajen en el movimiento clandestino. Debido a que no tienen relación directa con otros movimientos o grupos clandestinos, pueden operar con una seguridad relativa. Sin embargo, debido a la estrecha relación de trabajo, si algún miembro del grupo se ve comprometido, es probable que el grupo de afinidad entero se vea comprometido. Mientras haya más miembros en el grupo, habrá un mayor riesgo involucrado (junto con una cantidad mayor relaciones diferentes con las que se tengan que lidiar). También, debido a que el grupo de afinidad está limitado en tamaño, está limitado en términos de la cantidad de objetivos en los que se puede enfocar dentro de su alcance geográfico.

Figura 8-2

Los grupos de afinidad del movimiento expuesto (Figura 8-2b) comparten muchos de los mismos beneficios transparentes a pequeña escala, la comunidad voluntaria. No obstante, puede ser que dependan más de las relaciones exteriores para tener ambos, amistades y activistas compañeros. Además, los miembros también pueden pertenecer a más de un grupo de afinidad para seguir sus propios intereses y pasiones con mucha mayor facilidad. Este no es el caso con los grupos clandestinos, cuyos miembros deben pertenecer únicamente a un sólo grupo de afinidad porque podrían poner en riesgo a todos los otros grupos.

El beneficio evidente de la superposición múltiple de los grupos expuestos reside en la formación de movimientos más grandes o una "malla" de redes (Figura 8-3b). Estos grupos más grandes y diversos están más capacitados para lograr muchos éxitos, aunque a veces puedan tener problemas de coordinación o de unidad grupal si crecen más allá de cierto tamaño. En las redes formadas de manera natural, es probable que cada miembro del grupo sólo esté alejado de los demás por algunos grados de separación. Esto puede resultar beneficioso al momento de compartir información o descubrir nuevos contactos. Sin embargo, para un grupo con preocupaciones de seguridad, este tipo de organización es un desastre. Si un individuo se ve comprometido, fácilmente esa persona puede comprometer grandes números de personas. Incluso en el caso de que algunos miembros de la red no puedan verse comprometidos, el gran número de conexiones entre personas facilita la evasión de aquellas personas que no puedan verse comprometidas. El tipo de red descentralizada que hace de las conexiones sociales algo robusto termina siendo una pesadilla para la seguridad.

Figura 8-3

Los grupos del movimiento clandestino que quieran aumentar la cantidad de afiliados a su organización deben adoptar un acercamiento diferente. Una red del movimiento clandestino debe estar consciente de la seguridad de un número de células diferentes con conexiones limitadas a otras células (Figura 8-3a). Una persona de una célula conocería a todos los miembros de su célula, al igual que a un sólo miembro de una o dos células más. Esto permite la coordinación e intercambio de información entre células. Esta red está "compartimentalizada". Como todos los grupos clandestinos, debe tener un cortafuegos separando sus participantes y el movimiento expuesto. Pero también hay diferentes cortafuegos internos entre las secciones.

Dicha red tiene sus inconvenientes. Tener un solo eslabón entre células es benéfico en cuanto a que si una célula queda comprometida resultaría mucho más difícil que otras células se expusieran. Sin embargo, la conexión resulta ser más frágil. Si un "contacto" se pierde de la red o por cualquier motivo cesa la comunicación, entonces la red se puede disolver. Contar con un plan de respaldo para retomar la comunicación durante dichos casos, puede reducir el daño que esto generaría, pero incrementaría el nivel de riesgo, También la naturaleza no jerárquica de esta red significa que la selección de acciones resulte más difícil. Mientras más células se involucren se necesitará de un número mayor de personas que deban poseer información crítica para llevar a cabo la toma de decisiones. Habiendo dicho esto, estos grupos pueden ser muy efectivos y funcionales. El famoso ferrocarril subterráneo fue una red clandestina descentralizada.

Figura 8-4

Algunos de estos problemas se pueden resolver en tanto los grupos expuestos como en los clandestinos a través del uso de jerarquías. En las jerarquías clandestinas (Figura 8-4a) se puede conectar un gran número de células y coordinarlas a través de la sub-ramificación y estructuras piramidales. Este tipo de grupos tienen un potencial mucho mayor que las redes más pequeñas. Sus números pueden incrementar el riesgo, sí, pero ese incremento en el riesgo puede reducirse con el uso de células especializadas de contra-inteligencia dentro de la red y ataques coordinados de amplia gama.

Las jerarquías del movimiento expuesto (Figura 8-4b) nos son familiares por ser comunes, en parte porque son maneras altamente efectivas de coordinar grandes números de personas para lograr un objetivo específico. Como se muestra, las jerarquías del movimiento expuesto facilitan las relaciones entre personas en las diferentes partes de la jerarquía. Esa falta de compartimentación puede resultar buena en términos de productividad, pero no en términos de seguridad.

Hay situaciones muy específicas en las que pueda ser aceptable mandar información a través del cortafuegos del movimiento clandestino. El proceso de reclutamiento forzosamente involucra la comunicación con personas de fuera del grupo. De cualquier forma, estas personas no deben estar activas dentro del movimiento expuesto, y al menos al principio sólo deberán conocer a un solo miembro de la organización dentro de una sola célula. Por supuesto, no hay relación directa entre las personas de los grupos del movimiento expuesto y los grupos del movimiento clandestino.

Bajo ciertas circunstancias, la comunicación unidireccional (a menudo anónima) puede tomar lugar a través del cortafuegos. Los informantes que quieran revelar información a la red de resistencia pueden transmitir la información a un miembro de un grupo interno de inteligencia. De cualquier manera, el grupo de inteligencia no debe compartir información concerniente a las identidades o las redes de esas personas. La información unidireccional también puede viajar hacia la dirección contraria. Los grupos clandestinos querrán mandar comunicados u otra información a los medios o salas de prensa. Por supuesto, cualquier comunicación que atraviese el cortafuegos, incluso aquella que se crea que es anónima, implica una cantidad, aunque sea pequeña, de riesgo. Por lo tanto, los beneficios reales deben superar los riegos tomados.

Todos los ejemplos aquí presentados están simplificados y generalizados. Los grupos de resistencia de la historia han tenido una amplia gama de estructuras internas basadas en estos modelos generales. A menudo tuvieron que comprometer de manera deliberada la seguridad de la organización (que viene de células descentralizadas con conexiones holgadas) con la efectividad organizativa (que viene de células densamente conectadas y centralizadas).