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Capítulo 12

Introducción a la Estrategia

por Aric McBay

No deseo matar o que me asesinen, pero puedo prever las circunstancias en las que amabas cosas serían inevitables. Preservamos la llamada paz de nuestra comunidad a través de acciones insignificantes de violencia cada día. Mira la macana y esposas de los policías. ¡Mira la cárcel! ¡Mira la horca! ¡Mira al capellán del regimiento! Sólo tenemos la esperanza de vivir con seguridad permaneciendo a las orillas de este ejército provisional. Así que nos defendemos a nosotros mismos, a nuestros gallineros y preservamos la esclavitud.

—Henry David Thoreau, “Una Petición Para el Capitán John Brown”

En sus memorias, Remembering Tomorrow: From SDS to Life after Capitalism (Recordando el Mañana: del Movimiento de Estudiantes Para Una Sociedad Democrática a la Vida después del Capitalismo), el anarquista Michael Albert escribió, "En la búsqueda del cambio social , uno de los problemas más grandes que me he encontrado es que los activistas han carecido de estrategia". Junto con esa verdad, hace notar que varios movimientos progresistas "implementaron malas estrategias", en su experiencia "a menudo no tenían ninguna estrategia".1

Sería una subestimación decir que este legado representa un enorme problema para los grupos de resistencia. Hay una gran variedad de maneras posibles para explicarlo. La razón está en que a veces no articulamos una estrategia clara porque estamos superados en números y abrumados por crisis o emergencias inmediatas, por lo que jamás nos podemos concentrar en planes de largo plazo. O porque nuestros grupos están fracturados y esbozar una estrategia requiere de un nivel de acuerdo que no podemos reunir. O puede ser porque no estamos luchando para ganar. O porque muchos de nosotros no entienden la diferencia entre una estrategia y una meta o un anhelo. O porque no nos enseñamos a nosotros mismos y a los demás a pensar en términos estratégicos. O porque las personas viven en el papel de disidentes en lugar de adoptar la resistencia. O porque nuestra llamada estrategia a menudo termina como una petición para que alguien más haga algo por nosotros. O porque no nos hemos esforzado lo suficiente.

Una de las razones principales por las que la estrategia de resistencia permanece subdesarrollada es porque los pensadores y planeadores que llevan a cabo la formulación de las estrategias a menudo son atacados por hacer eso. Las personas siempre pueden buscar algo que contradecir. Esto resulta ser especialmente cierto cuando cualquiera de las estrategias está sujeta a la expectativa de resolver todos los problemas y atender todos los problemas de los progresistas. Si un movimiento depende más de la pureza ideológica que de los logros, resultará fácil que los argumentos de algunos sectarios se vuelvan prioritarios por sobre las acciones concretas. Es más fácil atacar a los estrategas de la resistencia en un estallido de hostilidad horizontal de lo que es preparar las acciones y materiales para atacar a aquellos en el poder.

Las buena noticia es que podemos aprender de algunos grupos de resistencia con estrategias exitosas y bien formuladas. El estudio de las estrategias ha sido analizado extensivamente durante siglos. Los aspectos básicos de la estrategia son fundamentales para los oficiales militares, como deben de ser para los cadres de la resistencia y los líderes.

PRINCIPIOS DE LA GUERRA Y ESTRATEGIA

El manual de campo del ejército de los EU titulado Operations (Operaciones) nos introduce a los nueve "Principios de Guerra". Los autores enfatizan que estos "no son una lista de verificación" y que no aplican de la misma manera en cada situación. En cambio, son características de las operaciones exitosas cuando han sido empleados exitósamente en conflictos históricos, son "herramientas poderosas de análisis". Los nueve "conceptos centrales" son:

Objetivo. "Dirigir cada operación militar hacia un objetivo claramente definido, decisivo y alcanzable". Una meta clara es un requisito previo para la selección de una estrategia. También es una carencia en muchos grupos de resistencia. Los requisitos segundo y tercero, que sean tanto decisivos como alcanzables, valen la pena resaltar. Un objetivo decisivo es aquel que tendrá un claro impacto en la gran estrategia y lucha. No tiene caso ir tras un objetivo cuestionable o de poco valor. Y obviamente, el objetivo por sí mismo debe ser alcanzable, porque de otra manera, los esfuerzos encaminados a los objetivos de la operación son una pérdida de tiempo, energía y representan un riesgo.

Ofensiva. "Aprovechar, retener y explotar la iniciativa". Aprovechar la iniciativa radica en determinar el curso de la batalla, lugar y naturaleza del conflicto. Rendirse o perder la iniciativa permite al enemigo determinar esas cosas por ti. A menudo los grupos de resistencia, especialmente aquellos que se basan en el cabildeo legislativo o demandas, le ceden la iniciativa a aquellos en el poder. Aprovechar la iniciativa posiciona la lucha en nuestros términos, obligándolos a reaccionar. Las operaciones que aprovechan la iniciativa, típicamente son de naturaleza ofensiva.

Masa. "Concentra los efectos del poder de combate en un lugar y tiempo decisivos". Donde el manual de campo diga "combatir al poder", podemos decir "fuerza" de manera general. Cuando el General Confederado Nathan Bedford Forrest resumió su teoría militar como "se el primero con más poder", a esto se refería. Debemos enfrentar a aquellos en el poder donde seamos más fuertes y ellos más débiles. Debemos atacar cuando tengamos una fuerza arrolladora y hacer maniobras en lugar de atacar cuando seamos superados. Tenemos números limitados y fuerza limitada, así que los tenemos que usar en el momento y lugar que vayan a ser más efectivos.

Economía de Fuerza. "Posiciona el potencial de combate esencial mínimo en los esfuerzos secundarios". Para poder lograr una superioridad de fuerza en las operaciones decisivas, usualmente es necesario desviar personas y recursos de operaciones menos urgentes o decisivas. La economía de fuerza requiere que todo el personal lleve a cabo tareas importantes, sin importar si están participando en operaciones decisivas o no.

Maniobras. "Posiciona al enemigo en posiciones de desventaja a través de una aplicación flexible de potencial para combate". Esto determina la movilidad y flexibilidad, las cuales son esenciales en los conflictos asimétricos. Conforme la cantidad de integrantes de un grupo sea menor, debe volverse más móvil y ágil. Esto puede significar que se deben de concentrar las fuerzas para luego dispersarlas, moverlas o esconderlas. Esto resulta necesario para mantener al enemigo fuera de balance y volver impredecibles las acciones del grupo.

Unidad de Comando. "Para cada objetivo, es necesario asegurar la unión de esfuerzos bajo la responsabilidad de un solo comandante". En este punto la cultura anarquista va en contra de milenios de consejos estratégicos efectivos. Ya hemos discutido esto cuando hablamos de la toma de decisiones y en otros lugares, pero vale la pena repetirlo. Ninguna estrategia puede implementarse a través de un consenso bajo circunstancias peligrosas o de emergencia. La toma de decisiones participativas no es compatible con las operaciones de alto riesgo o de carácter urgente. Esa es la razón por la que las columnas de anarquistas en la Guerra Civil Española tenían oficiales aunque despreciaban a los gobernantes. Un grupo puede determinar una estrategia por cualquier método de toma de decisiones que elija, pero cuando se trata de la implementación, se requiere de una jerarquía para tomar decisiones serias de acción.

Seguridad. "Jamás permita que el enemigo obtenga una ventaja inesperada". Cuando se lucha dentro de un panóptico, este principio se vuelve aún más importante. La seguridad es la piedra angular de la estrategia al igual que del proceso de organización.

Sorpresa. "Atacar al enemigo en un momento o lugar de forma tal que no estén preparados". Esto resulta ser un elemento clave para el conflicto asimétrico, y de nuevo, no es particularmente compatible con las estructuras de toma de decisiones abiertas o participativas. Casi siempre, los movimientos de resistencia son superados por los números adversarios, lo cual significa que tienen que utilizar el elemento sorpresa y la velocidad para lograr sus objetivos antes de que aquellos en el poder puedan organizar un respuesta aplastante.

Simplicidad. "Preparen planes claros sin complicaciones y ordenes claras y concisas para asegurar una comprensión profunda". El plan debe ser claro y directo para que todos lo puedan comprender. Mientras más sencillo sea el plan, será mucho más confiable y podrá ser implementado por múltiples grupos trabajando cooperativamente.

Muchos de estos principios básicos entran en conflicto con las acciones favorecidas por los disidentes. Marchas de protesta, firma de peticiones, misivas a políticos y a menudo carecer de un objetivo decisivo y asequible, le otorgan al poder la iniciativa, fracasan en concentrar la fuerza en una encrucijada decisiva, ponen demasiados recursos en los esfuerzos secundarios, limitan la capacidad de las maniobras, carecen de una dirección unificada hacia el objetivo (como se puede observar), tienen una implementación mixta de medidas de seguridad y típicamente no aprovechan el elemento sorpresa. Sin embargo, si sirve de consolación, son planes sencillos.

En efecto, estos principios estratégicos bien podrían venir de una dimensión diferente en cuanto a las que se concentran la mayoría de las acciones (liberales) de protesta. Eso se debe a que los estrategas militares tienen la misma amplitud en sus objetivos que los estrategas radicales: el uso de la fuerza decisiva para lograr llevar a cabo la meta. Ningún estratega opera bajo la ilusión de que el oponente vaya a corregir el "error" si este enemigo recibe la suficiente información o que el éxito puede ocurrir por una persuasión sencilla sin el respaldo de la fuerza política. Además, ambos son capaces de identificar claramente a su enemigo. Si uno se llega a identificar con aquellos en el poder, jamás serás capaz de contraatacar. Una cultura de oposición tiene una identidad diferente de la que tienen aquellos en el poder; este es un elemento definitorio de las culturas de resistencia. Sin un conocimiento claro de quien es tu adversario, terminas luchando contra todos (personificando la clásica hostilidad horizontal) o contra nadie, y en cualquier caso, la lucha no tendrá éxito.