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P: No puedes obligar a las personas a cambiar. Lo que realmente necesitamos es un cambio de paradigma.

Aric McBay: Aquellos que proponen una estrategia liderada por la educación a menudo asegurar que el trabajo persistente para alzar la conciencia pública eventualmente resultará en un "cambio de paradigma" global, el cual cambiará dramáticamente las acciones y opiniones de la mayoría. El término cambio de paradigma lo acuñó Thomas Kuhn en su libro de 1962, The Structure of Scientific Revolutions (La Estructura de las Revoluciones Científicas), pero no resulta aplicable para nuestra situación por un número de razones. Aunque la frase ganó popularidad en los años 90 como una expresión en boga en el marketing, Khun escribió explícitamente que la idea sólo aplicaba a aquellos campos usualmente denominados como ciencias duras (física, biología, química y similares). Él dijo que un paradigma dominante era un sistema dominante de explicación en una de estas ciencias, mientras que "un estudiante de humanidades se enfrenta constantemente un número de soluciones rivales inconmesurables para estos problemas, soluciones que en última instancia deben examinarse por uno mismo".51 Los científicos que intentar emplear estas ecuaciones para explicar, digamos, la mecánica de las órbitas planetarias, pueden llegar al acuerdo de elegir qué teoría funciona mejor porque están intentando desarrollar las ecuaciones predictivas más precisas.52 Las ciencias sociales y otros campos, no tienen ese lujo porque no hay ningún acuerdo de cuáles son los problemas más importantes, cómo evaluar las respuestas, qué tipos de respuestas son las más importantes, qué tan precisas deberían ser y cómo actuar cuando se obtengan las respuestas.

Debido a estas diferencias, Kuhn argumentó que los verdaderos cambios de paradigma científico siempre terminaban en paradigmas mejores, paradigmas que cumplen mejor su trabajo de explicar una parte del mundo. Pero en la sociedad en general esto no es para nada cierto: las perspectivas dominantes del mundo pueden ser reemplazadas por visiones que sean considerablemente peores para explicar el mundo o cuales son más dañinas para los humanos y el mundo viviente, un fenómeno que resulta ser lamentablemente común en la historia.

Por otro lado, Kuhn argumentó que incluso cuando se apoye un paradigma mucho mejor con evidencia fuerte, la comunidad científica no cambiará necesariamente de manera rápida. Los científicos que han trabajado bajo el paradigma obsoleto durante todas sus carreras probablemente no cambiarán ni siquiera sus ideas incluso con la presencia de evidencias abrumadoras. Kuhn cita al laureado Premio Nobel Max Planck, quien dijo que "una verdad científica nueva no triunfa para convencer a sus oponentes y hacerlos ver la luz, pero más bien porque sus oponentes mueren eventualmente y una generación nueva que está familiarizada con ella los reemplaza".53

Lo cual es aún peor para nosotros, Kuhn y Planck están asumiendo que las personas en cuestión están genuina y deliberadamente intentando encontrar el mejor paradigma posible. Hacer esto resultaría ser, literalmente, un trabajo de tiempo completo. ¿Realmente creemos que la mayor parte de la población está invirtiendo su tiempo libre intentando lograr un entendimiento profundo del mundo, intentando cernir las cantidades enormes de información disponible, intentando entender la historia, ecología y economía? La sola idea del cambio de paradigma asume que la mayor parte de la población está intentando activamente determinar soluciones a gran escala a nuestros predicamentos actuales, en lugar de permanecer ignorantes por voluntad invirtiendo profundamente en un sistema económico y social conveniente que recompensa a las personas que destruyen al planeta.

En efecto, parte del problema con la "educación" esta en que no sólo los izquierdistas la adoptan, y en raras ocasiones no está sesgada. Los estudios han demostrado que en el ala derecha, las personas más educadas tienen menor probabilidad de admitir la existencia del calentamiento global.54 Esto se debe probablemente a que tienen racionalizaciones más elaboradas para alimentar sus delirios.

Pero tomemos un momento y adoptemos la interpretación más optimista (pero un tanto distorsionada) del concepto de Kuhn y asumamos que el cambio de paradigma beneficioso va a suceder, en lugar de un cambio que empeore las políticas y perspectivas dominates. Ese cambio requerirá de evidencia abundante que la cultura dominante, la civilización, es inherentemente destructiva y que está condenada a destruirse a sí misma junto con todos los otros seres vivos. Debido a que no podemos correr multiples partidas experimentales de una civilización global industrial, para muchas personas la única demostración empírica inescapable de la insostenibilidad fundamental del sistema dominante sería el colapso de ese sistema. Sólo en ese punto la mayoría de las personas lo tomarían con seriedad e invertirían su tiempo personal para aprender cómo vivir sin destruir al planeta. E incluso entonces, aquellas personas estarían propensas a persistir, insistiendo en la perspectiva anticuada del mundo, hasta que, como Max Planck observó, mueran, lo cual resultaría en muchas más décadas de retraso para el colapso antes de que se volviera dominante el paradigma beneficioso. Esto significa que incluso en las evaluaciones más optimistas y razonables, un "cambio de paradigma global" llegaría con décadas de retraso.

P: ¿Cómo puedo yo hacer algo para ayudar a derrocar la civilización y no terminar desperdiciando mi vida en actos inútiles?

Derrick Jensen: Existen tres respuestas. La respuesta filosófica está en que no podemos conocer el futuro. Jamás podremos saber si alguna acción resultará útil. Podemos elegir lo que creemos son las acciones más efectivas, pero eso no garantizará que ningún acto particular tendrá éxito. Lo que sí podemos saber es que si esta cultura continúa la dirección que está tomando, llegará al punto al que se dirige, lo cual terminaría con el asesinato del planeta. Y hay casualidad, y se llaman el salmón. Se llaman los tiburones. Se llaman los gaviotines negros. Se llaman las aves canoras. Se llaman océanos y ríos. Se llaman las personas indígenas. Se llaman los pobres. Se llaman los granjeros de subsistencia. Se llaman mujeres.

La segunda, la respuesta histórica, está en que los movimientos de resistencia sí funcionan. Pierdes, pierdes y pierdes hasta que ganas. Te rompes la cabeza, te rompes la cabeza y te vuelves a romper la cabeza hasta que ganas. No puedes saber cuando estas empezando cuántas veces te vas a romper la cabeza antes de ganar. Pero las luchas crecen en la batalla. Debe suceder en algún lugar y debe ganar momento. Eso sucede a través de la organización, sucede a través de las acciones. Y sucede con las victorias. Una de las mejores herramientas de reclutamiento es algún tipo de victoria. Y no se puede ganar sin primer intentarlo.

Y finalmente la respuesta pragmática: estamos terriblemente superados y no tenemos el lujo de desperdiciar nuestras vidas. ¿Cómo podemos actuar de la manera más efectiva? Debemos usar nuestra inteligencia. Elegir nuestros blancos cuidadosamente, por su valor estratégico como por su seguridad. Y nos debemos organizar. La oportunidad que una persona sola tiene para detonar un movimiento mayor es mucho menor que la de un grupo de personas organizadas.

Cualesquiera acciones que una persona adopte (y esto resulta ser cierto en todas las áreas de la vida) deben ser valiosas. Muchas de las acciones que se adoptan ahora mismo son en esencia actos de vandalismo, en oposición a los actos de un sabotaje activo que detengan el movimiento de la máquina. Así que elige. ¿Cómo puedes hacer que tus acciones (y tu vida) tengan el mayor significado en términos de detener la perpetuación de la atrocidad?

Todos aquellos que empiecen a actuar en contra de los poderes de cualquier estado represivo necesitan reconocer que sus vidas cambiarán. Necesitan tomar esa decisión con mucha seriedad. Algunas de las personas capturadas bajo la Intimidación Verde sabían en lo que se estaban metiendo y algunas de ellas tomaban decisiones a la ligera. Aquellos fueron las personas que delataron a sus compañeros muy rápidamente cuando fueron arrestados. Una persona delató a cinco con apenas unos segundos de haber sido encerrado en una patrulla de policía. Probablemente, esa persona no consideró con seriedad las ramificaciones de sus acciones antes de empezar. Las Panteras Negras sabían que cuando empezaron la lucha que ellos terminarían muertos o en prisión.

Finalmente, siempre debemos de mantener en mente aquello por lo que luchamos. Estamos luchando por la vida en el planeta. Y la verdad es que, la vida en el planeta es más valiosa que tú. Vale más que yo. Es la fuente de toda la vida. Eso no altera el hecho de que debemos actuar con inteligencia. Debemos ser muy estratégicos. Debemos adoptar tácticas. Y necesitamos actuar.

¿Acaso John Brown desperdició su vida? Por un lado, uno podría decir que sí. Su proyecto en última instancia fracasó. Pero, por otro lado, uno puede decir que dejó planteadas cosas que fueron mucho más importantes. ¿Acaso Nat Turno desperdició su vida? ¿Acaso los miembros de la revuelta de Sobibór desperdiciaron sus vidas? Por un lado, uno puede decir que sí. Por el otro lado, uno puede decir que ellos hicieron lo que era absolutamente correcto y necesario. Y algo que siempre debemos de recordar es que aquellos que sí participaron en el levantamiento de Varsovia tuvieron una mayor tasa de supervivencia que aquellos que no se alzaron. Cuando todo el planeta está siendo destruido, la inacción no te salvará. Debemos elegir una vida mayor. Debemos elegir hacer lo que es lo que necesario para proteger al planeta. Es nuestro único hogar.