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Detallar el origen juvenil de la cultura alternativa es crucial para poder entenderla. Como se ha discutido previamente, los Wandervogel fueron un movimiento de la juventud. De hecho, en 1911, "hubo más alemanes en su adolescencia tardía de los que volvería haber en el siglo XX".36 Las semillas de esa cultura juvenil original fueron trasplantadas a los EU, donde permanecieron en letargo hasta que una masa crítica similar de jóvenes alcanzó la adolescencia. La cultura alternativa como la conocemos es en su mayor parte un producto del cerebro adolescente.

Debido a que el cerebro de un adolescente es del mismo tamaño que el de un cerebro adulto, los científicos han concluido una vez más que se debió haber desarrollado completamente en la pubertad. Pero con nuevas tecnologías de escáner como la Imagen por Resonancia Magnética y la Tomografía por Emisión de Positrones, podemos literalmente ver que el cerebro adolescente "es una obra en construcción"37.

Para empezar, la corteza prefrontal (CPF) no es empleada por el cerebro adolescente en la misma extensión que en el cerebro adulto. David Walsh, en su libro sobre el cerebro adolescente, Why Do They Act That Way? (¿Por Qué Actúan de Esa Manera?), llama a la CPF la "consciencia del cerebro". De acuerdo con Walsh, es la responsable para la planeación con antelación, la consideración de consecuencias y el manejo de los estados emocionales".38 De igual forma, la habilidad de una persona para juzgar el tiempo no está completamente desarrollada hasta los veintiuno. Los adolescentes literalmente no pueden entender las relaciones causa y efecto o las consecuencias de largo término de la manera en que un adulto puede.

El CPF es el "centro ejecutivo del cerebro".39 Cuando los impulsos detonan otras áreas del cerebro, el trabajo del CPF es controlarlos. Pero debido a que esta región se mantiene bajo construcción en el adolescente, carecen del control de impulsos. La gratificación retrasada no es exactamente el regalo a este grupo de edad, a quienes se les asocia de manera rutinaria con descortesía, irresponsabilidad y holgazanería. Todo esto es el resultado de un CPF con poca actividad. La "holgazanería" está intensificada por otros procesos en desarrollo del cerebro. El circuito ventral estriado es responsable de la motivación y se inactiva durante la adolescencia. Al igual, el cerebro adolescente sobrelleva un enorme cambio en sus patrones de sueño. La cantidad de sueño y la hora del ciclo del sueño se ven afectados. La mayoría de estos procesos son complicados y siguen bajo estudio. Cincuenta neurotransmisores y hormonas diferentes pueden estar involucrados.40 Dos cosas son ciertas: los adolescentes necesitan más sueño, y no pueden dormir en la noche. Obligados a conformarse con un régimen industrializado del tiempo, a menudo están muertos de cansancio durante el día, un cansancio basado en su biología no en sus fracasos morales.

La mielinización es crucial para el desarrollo del cerebro. La mielina es un tipo de grasa que protege y aísla los axones, que son las estructuras como cables en las neuronas. La mielinización es el proceso por el cual las neuronas acumulan la grasa protectora. Sin ella, los impulsos eléctrico se ven impedidos en su viaje a través de los axones –por un factor de cien. Los axones sin protección también están vulnerables a las interferencias eléctricas de los axones circundantes. Hace una generación, los científicos pensaban que la mielinización se completaba al cumplir los siete años de edad, pero nada podría estar más lejos de la verdad. El proceso de mielinización no sólo está incompleto en adolescentes, en algunas partes del cerebro "incrementa en un 100 por ciento".41 Una de las áreas responsable para la regulación de emociones pasa por la mielinización durante la adolescencia, la cual, de acuerdo con David Walsh, "explica los ataques de ira" que son un sello de la juventud.42

Las fluctuaciones hormonales son otro factor que puede generar la amplificación de la intensidad emocional, guiando al adolescente hacia la toma de riesgos, comportamiento impulsivo, enojo y las emociones impetuosas de la edad adolescente.

Walsh deja en claro que "no es culpa del adolescente que su cerebro no esté completamente bajo su control".43 Es el rol de los papás y mentores en esta cultura mayor el proveer la guía, apoyo y estructura para ayudar a la juventud lograr la adultez. Sin adultos que impongan expectativas y consecuencias, el cerebro en desarrollo jamás conecta las neuronas que necesitan estar en sinapsis permanentemente en esta etapa de la vida. Esta ha sido la importante tarea de la comunidades funcionales durante miles de años: criar la siguiente generación de adultos.

Hay una ventana de oportunidad para cada periodo del desarrollo del cerebro. Walsh informa lo que los neurólogos han establecido: las neuronas se activan en conjunto, se conectan. Esto es cierto desde la infancia –donde los patrones neurológicos básicos para funciones como el oído y la vista se establecen– hasta la adolescencia, donde nuestra capacidad para la auto-regulación, evaluación de consecuencias y formación de lazos relacionales son cultivadas como fortalezas para la vida o de otra manera terminan ignoradas y atrofiadas.

Más allá de la biología del cerebro adolescente está la psicología del adolescente. El psicólogo Erik Erikson dice que la tarea más importante de esos años es la formación de la identidad. Es el momento cuando la pregunta ¿Quién Soy yo? se intensifica y toma importancia a un punto que no volverá a ser igualado en la vida.

Y hay que estar agradecido de ello. Recuerdo mi relación con mi mejor amiga de la preparatoria. Nos veíamos antes de empezar las clases, a la hora de la comida y durante las clases. Cuando llegábamos a casa, nos marcábamos por teléfono inmediatamente, por sólo haber estado separadas cuarenta y cinco minutos ya había cosas cruciales que compartir. Después de la cena, volveríamos a llamarnos. A la mañana siguiente, todo volvía a empezar en su casillero antes del aula. En retrospectiva me pregunto: ¿de qué pudimos estar hablando? Pero ese es el propósito de la adolescencia, la auto-revelación y exploración. Todo era tan nuevo, tan intenso y tan cautivante. Hablábamos de nuestros sentimientos y luego de nuestro sentimientos y luego de nuestros sentimientos... Para cuando había cumplido veinte, ya no era tan interesante. Para los treinta, era aburrido. Y pasados los treinta y cinco no había cantidad de dinero que me pudieran pagar para entablar ese tipo de conversaciones.

Pero aquí es donde la contracultura, un producto de la biología y psicología adolescente, ha estado atorada de forma permanente. Las preocupaciones de la adolescencia, sus dones y defectos, son el marco de referencia para la cultura alternativa, y esas normas de la comunidad y hábitos han sido aceptados a través de la izquierda en lo que Theodore Roszak llama "la progresiva 'adolescentización' del pensamiento y cultura disidente".44 Su proyecto principal es el ser, su exploración y expresión al punto donde muchos adherentes son activamente hostiles contra la participación política. Una versión común de esto es la concesión que algunos tipos de cambio social son necesarios, pero que lo único que podemos cambiar es a nosotros mismos. Por lo tanto la injusticia se vuelve un pretexto para el narcisismo. Como un antiguo activista explicó a Keith Melville:

"Había luchado en los procesos políticos por un tiempo, pero llegue al punto donde no podía solamente promover el cambio social, lo tenía que vivir. El cambio no es algo allá arriba o allá afuera y no es una lucha de poder. Está aquí". Y se golpeó el pecho. Y pequeñas nubes de polvo volaron de su overol. "Aquí debo empezar si quiero cambiar el maldito sistema"45.

Timothy Leary, el gran sacerdote de la Psicodelia, instaba continuamente al movimiento de la juventud a "prender, sintonizar y abandonar". Creía que los activistas y el "movimiento psicodélico religioso" eran "completamente incompatibles".46 John Lennon y John Hyland debatieron sobre el conflicto entre el cambio individual y social en un intercambio público de correspondencia en 1968. Lennon argumentó defendiendo la letra de la canción "Revolution".

Dices que cambiarás la constitución

bueno, sabes

todo lo que queremos cambiar es tu cabeza.

Tú me dices que es la institución

bueno, sabes

mejor deberías liberar tu mente.

A lo que Hoyland replicó, "¿Qué te hace pensar que muchos de nosotros no hemos cambiado nuestras mentes hacia la manera que recomiendas, para luego descubrir que no era suficiente, porque simplemente no puedes estar alegre y feliz cuando sabes que hay niños que están muriendo asesinados en Vietnam?"47

El proyecto sin fin del ser está bien para las personas de quince años, mientras estén rodeadas por una comunidad mayor de adultos que puedan proveer de estructura para el desarrollo físico y psicológico necesarios para producir un individuo maduro. Pero cualquiera que haya superado la adolescencia debe asumir su rol como adulto; apoyar a la juventud y a los vulnerables y ayudar y guiar a la comunidad en su totalidad. Para una cultura de resistencia, estos trabajos son realizados bajo el entendimiento que la resistencia es primaria en las tareas que nuestros talentos permitan desarrollar. Nunca estamos separados de la meta mayor de crear un movimiento para pelear por la justicia.

El legado de los románticos es particularmente prominente en la política de la emoción adoptada por muchas corrientes diferentes de la cultura alternativa. Las emociones son entendidas como entidades puras, sin mediar por la sociedad, una sociedad cuya mayor ofensa está en la supresión de estos sentimientos, que siempre son auténticos. Los principales estados emocionales varían (para los hippies y adherentes al New Age, es el amor; para los punks es la ira; y para los góticos es el sufrimiento exquisito, pero la meta final es alcanzar la emoción elegida y sostenerla). No siempre están claramente definidos los estados emocionales como objetivo dentro de estas subculturas, pero estos esfuerzos son aceptados como lo son las normas sin cuestionar.

Bajo la influencia de la terapia y los talleres de "crecimiento personal", la expresión de todas las emociones ha logrado el estado que asemeja al de un derecho humano. Decirle a alguien que te rehusas a "procesar" o sugerir que el grupo se concentre en la discusión y procesos de toma de decisiones, equivale a provocar la indignación. Todo sentido adecuado de límites y discernimiento jamás son considerados como un sello distintivo de la adultez, pero un condicionamiento que debe ser vencido. Debemos tener la voluntad y capacidad de revelar los detalles más íntimos de nuestras historias personales a extraños y mientras la comunicación sea más intensas y actuada, mejor.

La perspectiva individualista fue adoptada como política a través de la contracultura de los años 60. Encontró su cenit con Abbie Hoffman y los Yippies. El título del libro de Hoffman, Revolution for the Hell of It (Revolución Por el Gusto de Molestar), es sólo una actualización de "Nuestra falta de propósito es nuestra fuerza" y resulta igual de útil para un movimiento político. Dejando de lado la misoginia (Hoffman molestaba a las azafatas), homofobia ("el movimiento por la paz es una mariconería"), y el insufrible racismo. Es la idiotez egoísta de este libro lo que lo hace insufrible. Aun así, inspiró a la contracultura que todavía infesta a la izquierda de hoy.

También es difícil de criticar este libro sabiendo que Hoffman era bipolar y cometió suicidio. Su enfermedad mental llora desde sus páginas.

Necesitas litio y un sistema de apoyo emocional.

El libro despotrica sin rumbo sobre el antiautoritarismo, apoyando una intensa emocionalidad, presentado usualmente con dramatización, la sentimentalidad como un objetivo final. Hoffman instaba acciones como esta:

Párate en una esquina con 500 panfletos y explota... recluta una persona para que lea el panfleto en voz alta mientras suceda la distribución. Corre mientras repartes los panfletos, los vences o intercambias. Rompe uno a la mitad y entrega una mitad a una persona y la otra a otra persona y diles que hagan el amor. Hazlo rápidamente. Como las películas de payasadas. Asegúrate de que todos la pasen bien. A las personas les encanta reir, haz una algarabía. Con algarabía es un juego de palabras interesante si lo quieres jugar.49

Esta demostración de auto-consciencia contrasta tajantemente con un movimiento de resistencia serio. Comparar este comportamiento con el valor, profundidad espiritual y dignidad personal de Erich Mühsam o el tropel del movimiento por los derechos civiles, genera sentimientos de pena ajena.

El contínuo entre el desorden bipolar y el cerebro adolescente es evidente en Hoffman: la falta de juicio, la intensidad emocional desbocada, las reacciones irreflexivas contra las restricciones, la legitimación, incluso el insomnio, todo magnificado de manera trágica por los estados maníacos de su enfermedad. Una cultura de la juventud sin orientación adulta producirá exactamente lo que Hoffman divisió. También será incapaz de reconocer una evidente enfermedad mental cuando está adaptada a una postura radical, o ayudar a las personas consumidas por dicha enfermedad. La ayuda sólo puede llegar de una comunidad estable y comprometida. Irónicamente construir y mantener dichas comunidades requiere que algunas personas personifiquen los valores que Hoffman y la cultura juvenil rechazaron sin pensarlo dos veces: la responsabilidad, compromiso y respeto.

Más allá de la tragedia personal yace la tragedia política que cayó sobre la izquierda; conforme la cultura de la retirada desviaba a la juventud descontenta de la construcción de un movimiento serio de resistencia contra los sistemas reales de opresión como el racismo, capitalismo y patriarcado, al mismo tiempo los desviaba de una cultura de resistencia que pudiera apoyar al movimiento. En su lugar, habiendo identificado al enemigo como la "clase media colgada" (al igual que cualquier cosa que se pusiera en el camino de cualquier impulso) y la liberación definida como un estado emocional interno, el idealismo y las ganancias obtenidas con el duro esfuerzo de los años 60 colapsaron en la generación del "yo" de los años 70.50 Y ahora todo lo que queda es una cultura alternativa vagamente liberal, identificable por sus clases de meditación y legumbres crudas, su obsesión con su propia psicología, y sus temas espirituales de New Age. Jamás sucederá algo malo si mantienes tu mente, colon y aura en un estado de pureza, lo cual deja a los creyentes en la posición muy incómoda de tener que culpar a la víctima cuando la enfermedad, angustia o contestaciones ingeniosas fracasan. Esto no trata de ninguna manera de eliminar a los individuos inquebrantables, quienes nunca han perdido su compromiso con un mundo justo y así permaneciendo en la pelea. Es de lamentar junto con ellos, el momento generacional de promesa que fue desperdiciado y que debe regresar.