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Los medios reportan estas crisis como si fueran asuntos separados. No lo son. Están inextricablemente relacionados el uno con el otro y con la cultura que los genera. Como tales, todos estos problemas tienen cosas en común, con implicaciones mayores a nuestra estrategia para oponer resistencia a ellos.

Estos problemas son urgentes, severos y están empeorando; y los riesgos más preocupantes comparten ciertas características:

Son progresivos, no probabilísticos. Estos problemas están empeorando. Estos problemas no son hipotéticos, proyecciones o "acaso posibles" como el Y2K, impactos de asteroides, guerras nucleares o supervolcanes. Estas crisis no son "posibles" o "inminentes", están en camino y continuarán empeorando. La única incertidumbre es qué tan rápido, y por lo tanto que tan duradera es nuestra ventana de acción.

Son rápidos, pero no instantáneos. Estas crisis surgen rápidamente, pero a menudo no con la rapidez suficiente para detonar una pronta respuesta; las personas se acostumbran a ellas, un fenómeno denominado "síndrome de la línea base móvil". Por ejemplo, las poblaciones de vida silvestre se comparan a menudo con medidas tomadas hace cincuenta años, en lugar de las medidas tomadas antes de los comienzos de la civilización, lo cual hace que el daño parezca mucho menos severo de lo que en realidad es.67 Incluso las tendencias que parecen lentas en primera instancia (como el calentamiento global) son extremadamente rápidas cuando se consideran escalas de tiempo mayores, como la duración de la raza humana o inclusive la duración de la civilización.

Son no-lineales, y a veces son desbocados y con ciclos de retroalimentación. Los riesgos empeoran con el tiempo, pero a menudo en formas impredecibles con picos repentinos y discontinuidades. Un incremento del 10 por ciento de gases de efecto de invernadero puede producir un 10 por ciento de calentamiento o puede causar mucho más. También, las crisis variadas interactúan para crear desastres en cascada mucho peores que cualquiera de manera aislada. Los huracanes (tal como Katrina) pueden empeorar por el calentamiento global y por la destrucción de hábitat en su camino (el impacto de Katrina se vio empeorado por la destrucción de los humedales). El impacto humano puede empeorar aun más por la pobreza, el uso de la policía, el ejército y mercenarios a sueldo (como Blackwater)68 que impidan la habilidad de aquellas poblaciones pobres para moverse libremente o acceder a suministros básicos necesarios.

Estas crisis también tienen periodos de respuesta lentos o retrasados. Los problemas se crean mucho antes de que se vuelvan una cuestión visible. También crecen o aceleran exponencialmente, de manera tal que la acción debe tomarse con mucha anticipación a la crisis de manera que sea efectiva. Aunque una minoría alerta generalmente está consciente del problema, éste puede haberse vuelto muy serio y complicado antes de ganar la atención y aún menos la acción de la mayoría. El cenit del petróleo fue predicho con un alto grado de precisión en 1956.69 El efecto de gases de invernadero fue descubierto en 1824 y el calentamiento global industrializado fue predicho por el científico sueco Svante Arrhenius en 1896.70

Los riesgos están arraigados profundamente en la dinámica. Estas crisis están arraigadas en las prácticas más fundamentales e infraestructura de la civilización. La convención social, la concentración de poder y los sistemas económicos dominantes, todos previenen los cambios necesarios. Si yo dirijo una corporación e intento ser genuinamente sostenible, la compañía será superada por la competencia e irá a la bancarrota71. Si yo fuera político y prohibiera la mayoría de las prácticas insostenibles, yo sería expulsado rápidamente del cargo (o con más certeza, asesinado).

Son guiadas industrialmente. Virtualmente, en todos los casos, la industria es la culpable principal, ya sea porque consume los recursos mismos (por ejemplo, el petróleo y carbón) o permite la extracción de recursos y el comercio global que de otra manera serían extremadamente difíciles (por ejemplo el uso intensivo de la red barredera). Más aún, el capitalismo industrial y los gobiernos industriales ofrecen subsidios artificiales para las prácticas ecocidas que de otra manera no serían económicamente viables. Factores como la sobrepoblación (como se discutirá en breve) son secundarios o terciarios en el mejor de los casos.

Proveen de beneficios a los poderosos y costos a los impotentes. Los actos que generan estas crisis, que serían todas las actividades económicas de largo plazo, ofrecen beneficios a corto plazo a aquellos que ya son poderosos. Pero estos riesgos son muy peligrosos y dañinos para las personas que son las más pobres y las más impotentes.

Facilitan victorias temporales y derrotas permanentes. Ninguna victoria que podamos tener está garantizada mientras la civilización industrial perdure. En cambio, la mayoría de nuestras pérdidas son en efecto permanentes. La especies extintas no pueden ser revividas. Los acuíferos reducidos o los bosques talados no regresarán en escalas de tiempo significativas para los seres humanos. La destrucción de las culturas basadas en el territorio de sustento de las comunidades naturales y el empobrecimiento deliberado de la mayoría de la humanidad, resultan en una pérdida mayor y en un trauma social de larga duración. Con acciones suficientes, es posible resolver muchos de los problemas que enfrentamos, pero si la acción no se materializa a tiempo, los efectos serán irreversibles.

Las "soluciones" propuestas a menudo hacen que las cosas empeoren. Dadas todas las cualidades que se han descrito arriba, los análisis de riesgo tienden a ser superficiales y basados en pensamiento de corto plazo. Aunque los analistas que hayan visto todo el problema de manera global usen grandes cantidades de datos, a menudo se rehúsan a plantear preguntas más profundas o más incómodas. El entusiasmo precipitado por los biocombustibles industriales es una manifestación de esto. Los biocombustibles han sido adoptados por algunos como un reemplazo ecológicamente perfecto para el petróleo. Esto tiene varios problemas, pero el principal de ellos es el sencillo hecho de que cultivar plantas para hacer combustible vehicular ocupa territorios "sobrantes" que el planeta sencillamente no tiene. Las plantaciones de soja, palma y caña de azúcar para hacer ethanol están llevando a la destrucción de la selva tropical en el Amazonas y en el sudeste asiático. Críticos como Jane Goodall y la Red de Acción de la Selva Tropical argumentan que las plantaciones sobre los territorios de la selva tropical destruyen el hábitat y los ciclos del agua, empeorando el calentamiento global, destruyendo y contaminando el suelo y desplazando poblaciones basadas en el terreno de sustento.72 Esta supuesta solución a la catástrofe del petróleo termina siendo tan mala –si no peor– que el mismo petróleo.

Los riesgos no son el resultado de un solo programa único. Tienden a ser el resultado de una estructura subyacente y de la naturaleza esencial de la civilización, no de una industria, tecnología, gobierno o actitud social en particular. Incluso el calentamiento global, que es causado principalmente por la quema de combustibles fósiles, es el resultado de muchos tipos de industrias que usan muchos tipos de combustibles fósiles al igual que la deforestación y la agricultura.